Significado de existencialismo Definición, características y contexto histórico

Definición formal

El existencialismo es entender a uno mismo como la más pura expresión de realidad, actuando sobre los pilares de la libertad y responsabilidad, en un camino hacia encontrar sentido a aquello que nos moviliza y que brinda un motivo a nuestra presencia terrenal.

Características y principales autores

Al contrario que el resto de seres vivos, los humanos no nacemos con un rumbo predeterminado sino que nos hacemos a nosotros mismos. Así, a partir del aprendizaje y la socialización nos convertimos en lo que somos. En consecuencia, la existencia y no la esencia es el elemento fundamental que define al género humano.

La libertad es el eje fundamental del existencialismo, ya que sin una libre elección no podemos construir nuestra propia vida como individuos. En este sentido, el filósofo francés Jean Paul Sartre afirmó que el hombre está condenado a ser libre. Sin embargo, la libertad debe ir acompañada de una acción responsable.

La conciencia de la responsabilidad derivada de la libertad nos provoca una angustia vital, otro de los conceptos claves del existencialismo.

Para Albert Camus el hombre vive una existencia en un permanente conflicto, ya que busca un sentido a la vida pero en el camino solo encuentra posibilidades de evasión o respuestas irracionales de las doctrinas religiosas. Ambas soluciones no aportan un auténtico sentido a la existencia y, en consecuencia, el hombre se encuentra inmerso en el absurdo.

Los historiadores de la filosofía consideran que el primer impulsor de la corriente existencialista fue Martin Heidegger. Para el filósofo alemán el ente humano (dasein, traducido como la unión de los vocables “ser” y “ahí”) se encuentra arrojado en el mundo y es consciente de que su destino es la muerte. La vida del hombre puede ser plena o inauténtica, pero en su camino hay una serie de elementos de los que no puede escapar, como la inexorabilidad del tiempo o las preguntas sobre el sentido de su existencia.

Contexto histórico del Existencialismo

Los movimientos filosóficos no pueden entenderse al margen de sus coordenadas históricas. La corriente existencialista surgió en Europa en la década de 1930 y se desarrolló plenamente a partir de la ll Guerra Mundial.

El auge del fascismo y del comunismo y, sobre todo, el impacto de la ll Guerra Mundial fueron determinantes para que algunos filósofos se plantearan las cuestiones esenciales sobre la condición humana.

Por otro lado, el auge de esta corriente filosófica está directamente relacionado con dos circunstancias: el abandono de la religión del hombre occidental y el auge de la mentalidad científica y materialista. Así, el individuo del siglo XX se encuentra ante un panorama en el que su existencia es la única certeza.

Críticas al postulado

Todas las corrientes filosóficas tienen sus correspondientes movimientos antagónicos. El existencialismo ha recibido duras críticas desde distintos puntos de vista.

Para los pensadores marxistas, esta corriente genera una actitud quietista y envuelta en el absurdo, lo cual es un freno para el compromiso social orientado al cambio revolucionario.

Desde las filas del pensamiento cristiano, el existencialismo es valorado como una filosofía que pone en peligro la moralidad del ser humano.