Definición de Apitoxina

Los animales tienen algún mecanismo o estrategia de defensa. En el caso de las abejas, se defienden a través de una sustancia venenosa, la apitoxina. Curiosamente esta misma sustancia se emplea para la curación de algunas patologías.

La apiterapia es la disciplina curativa que utiliza las colmenas de las abejas con un enfoque medicinal

Las abejas proporcionan miel y jalea real. Paralelamente, la picadura de estos insectos viene empleándose desde la antigüedad con fines curativos. En este sentido, los antiguos egipcios y la la tradición china ya utilizaban a las abejas para aliviar el dolor. Así mismo, en la medicina hipocrática la miel se empleaba como sustancia cicatrizante.

Por otro lado, las enfermedades reumáticas puedan ser tratadas con apitoxina, ya que esta sustancia es un potente antiinflamatorio y, al mismo tiempo, ayuda a combatir las enfermedades autoinmunes. Esta sustancia venenosa también sirve como analgésico natural.

Para obtener la apitoxina se extrae el veneno del aguijón de la abeja y una pequeña parte del mismo se utiliza para inyectar esta sustancia en la zona dolorida. Antes de su inyección es habitual insensibilizar la zona con hielo para que el pinchazo sea lo menos doloroso posible. Con el fin de evitar cualquier riesgo, los terapeutas que utilizan esta técnica recomiendan a sus pacientes hacerse una prueba de alergia para comprobar si es alérgico a esta sustancia.

La comunidad médica se apone a este tipo de tratamientos

Los partidarios de la apiterapia sostienen que la picadura de las abejas desencadena una inflamación en el organismo y esta circunstancia provoca una respuesta del sistema inmunológico para combatir la inflamación. Sin embargo, este criterio no es aceptado por la medicina convencional, ya que no hay estudios rigurosos que demuestren los efectos curativos de la apitoxina.

Por último, los detractores de este procedimiento consideran que sus posibles riesgos son mayores que los supuestos beneficios.

Las abejas tienen un papel relevante en el equilibrio de los ecosistemas y en nuestra alimentación

Si una planta tiene flores, esto quiere decir que una abeja ha colaborado en su proceso de reproducción. Este hecho nos recuerda una realidad: las flores han evolucionado gracias a las abejas.

El organismo de las abejas está diseñado para que el polen de las flores se adhiera a él a la perfección. En pocas palabras, estos insectos son imprescindibles para la polinización de las plantas.

Gracias al proceso de polinización se produce el 70 % de las semillas, frutas y vegetales que se consumen en todo el mundo.

Fotos: Fotolia – Silvano Rebai / Merion