Definición de Decisión
Licenciada en Psicología
1. Una decisión es un proceso cognitivo a través del cual la persona tiene la capacidad de analizar opciones que se le presentan en el momento y/o en vistas al futuro, dentro de lo cual participa un conjunto de factores de acuerdo a la complejidad de la situación y las condiciones en que se plantea.
2. Proceso que conlleva un resultado grupal de acuerdo al pensamiento de la mayoría de los partícipes , sobre el razonamiento individual, capaz de aplicarse tanto en el plano personal como profesional; pueden existir ciertas reglas a considerar.
Etimología: Por las formas del latín decisio, decisiōnis, respecto del verbo decidĕre, marcado por el prefijo de-, en propiedad de referencia/origen, y la palabra de acción caedĕre, de ‘cortar’, también de ‘matar’ (por ejemplo, en homicidio); seguido del sufijo -ción, sobre -tio, -ōnis, conforme la sustantivación deverbal.
Cat. gramatical: Sustantivo fem.
En sílabas: de-ci-sión.
‘La teoría de los sistemas duales de pensamiento’ en la toma de decisiones
Las personas somos capaces de tomar decisiones simples de manera rápida e instintiva así como también de evaluar detalladamente la información disponible para tomar la mejor decisión posible en una situación compleja. La teoría desarrollada por los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky distingue dos sistemas de procesamiento cognitivo diferentes que intervienen en la toma de decisiones: el Sistema Uno y el Sistema Dos. Necesitamos de la interacción entre ambos para desarrollar nuestras actividades diarias y desenvolvernos en nuestra vida.
El Sistema Uno comprende un procesamiento cognitivo que no requiere esfuerzo mental, es rápido, intuitivo y automático. Es el que nos permite realizar actividades como caminar o tender la cama sin tener que pensar en cómo hacerlo. Por otro lado, el Sistema Dos es un sistema de procesamiento cognitivo lento e intencional. Requiere de esfuerzo y gasto de energía mental, ya que es un proceso consciente que requiere de la atención sostenida. Es el sistema que utilizamos, por ejemplo, al aplicar el razonamiento inductivo o deductivo, al hacer cálculos matemáticos o al analizar la información cuando tenemos que decidir sobre cuestiones importantes como qué carrera elegir o si debemos de cambiar de trabajo.
Sesgos cognitivos que interfieren en las decisiones
La teoría de los sistemas duales de procesamiento de la información nos advierte sobre la existencia de sesgos cognitivos. Los sesgos – que suelen ser inconscientes – son errores en el proceso de pensamiento influenciados por nuestras emociones, creencias, expectativas y experiencias que impactan directamente en nuestra capacidad de decisión. Por ejemplo, el Sistema Uno es sensible a los prejuicios y estereotipos: supongamos que vamos caminando solos de noche por una calle oscura y vemos que alguien viene caminando hacia nuestra dirección, lo más probable es que sin pensarlo nos inclinemos a cruzar de vereda. Por otro lado, el Sistema Dos puede verse afectado por la sobrecarga de información y producir fatiga mental.
Los siguientes son algunos de los sesgos más frecuentes:
– El sesgo de disponibilidad: es la tendencia a tomar decisiones basadas en la información que más fácilmente acude a nuestra mente. Por ejemplo, supongamos que durante el día estuvimos leyendo mucho sobre el estilo Narcisista de la Personalidad y luego hablando con un amigo comenzamos a identificar ciertos rasgos narcisistas en él. Pues bien, podemos haber caído en este sesgo, ya que al haber estado en contacto con esta información es la que tenemos más disponible para analizar la conducta de nuestro amigo.
– El sesgo de representatividad: se produce cuando evaluamos la probabilidad de que algo suceda en función de nuestras expectativas o estereotipos previos. Por ejemplo, este sesgo opera cuando le preguntamos a una mujer si tiene novio, suponiendo que por el simple hecho de ser mujer tiene una orientación sexual hacia los hombres, es decir, asumiendo la heterosexualidad.
– Confirmación: opera cuando tenemos la tendencia de buscar información que confirme nuestras creencias, descartando toda aquella que las contradiga. Supongamos que una persona tiene la creencia de que todas las personas rubias son poco inteligentes. Si al conversar con una persona con esa característica, esta persona es más permeable a comentarios que evalúa como superfluos y descarta aquellas consideraciones más sofisticadas es porque está operando este sesgo.
Si queremos tomar decisiones efectivas, es importante que reconozcamos si está operando algún sesgo. Para ello es necesario aprender a identificarlos y tomar algunas medidas que reduzcan la posibilidad de su interferencia, tal como la búsqueda activa de información y de opciones alternativas.
Estrategias para tomar decisiones más efectivas
Una de las maneras de mejorar nuestra capacidad de decisión, es el desarrollo de nuestras funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades que nos permiten controlar de manera flexible nuestro pensamiento y comportamiento. Estas habilidades incluyen: la planificación, la capacidad de evaluar diferentes alternativas, soluciones a un mismo problema y considerar los posibles resultados y el control de los impulsos. Para ello se pueden realizar tareas específicas tales como: identificar claramente el problema o situación, establecer una lista con las diferentes opciones con los pros y contras de cada una, hacer una jerarquía de prioridades en función de nuestras metas a corto y largo plazo, evaluar los medios y recursos que necesitamos para llegar a nuestro objetivo y diseñar un plan de acción realista. También es importante identificar nuestras emociones, ya que frecuentemente nos vemos influenciados por ellas al momento de tomar una decisión. Por ejemplo, si tenemos miedo es más probable que no tomemos la decisión que nos resulte más arriesgada.
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Art. actualizado: Feb. 2023; sobre el original de marzo, 2010.
Referencias
Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Debate.Escriba un comentario
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