Definición de Deseo

Agustina Repetto
Licenciada en Psicología

En términos simples, el deseo es aquello que uno busca o que no quiere, ya sea de forma consciente o inconsciente, cuya capacidad se expresa en la psiquis y a través de acciones voluntarias o involuntarias.

A lo largo de la historia, el ser humano se ha preguntado por el deseo, sobre cómo se origina y se expresa. Incluso se han construido sistemas filosóficos, como la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel, y psicológicos, como el psicoanálisis, en torno a dicho concepto. A continuación veremos cómo lo conceptualizan de manera general algunos sistemas psicológicos.

La perspectiva psicoanalítica

La teoría del deseo en el psicoanálisis se enmarca en la teoría del determinismo del inconsciente. El aparato psíquico experimenta placer al reducir una tensión o disminuir una excitación, lo que se conoce como equilibrio psíquico homeostático. Por ejemplo, el acto de comer cuando se tiene hambre produce placer al satisfacer una necesidad. A diferencia del placer, el deseo plantea al psiquismo un conflicto y una exigencia de trabajo, y su realización puede incluso representar una fuente de dolor.

Según la teoría psicoanalítica, el deseo expresa la realización de una fantasía inconsciente que se manifiesta de manera desfigurada a través de las formaciones del inconsciente, como los actos fallidos, lapsus, sueños y algunas formas sintomáticas. La causa del deseo es la falta constitutiva que inaugura al sujeto en cuanto tal, es decir, la incompletud constitutiva del ser humano que lo impulsa a buscar un objeto al cual pueda ligarse. Sin embargo, no hay objeto exterior que tenga la capacidad de suplir esa falta, por ello para Freud el deseo se convierte en el motor de la actividad del psiquismo.

La perspectiva cognitiva

La teoría de la reducción de la disonancia cognitiva es otra teoría en función de la cual se podría pensar el deseo, a través de la cual se podría interpretar que el deseo se origina a partir de la necesidad de reducir la disonancia cognitiva, es decir, la incomodidad o conflicto interno que surge cuando una persona tiene dos pensamientos o creencias contradictorias. Según esta teoría, cuando una persona experimenta disonancia cognitiva, se siente motivada a reducirla buscando información que apoye su creencia o cambiando su creencia para que esté en línea con la información disponible. Por ejemplo, si una persona cree que fumar es dañino para la salud, pero sigue fumando, es posible que experimente disonancia cognitiva y desee cambiar su creencia o su comportamiento para reducir la incomodidad que siente.

La perspectiva conductista

El conductismo toma como objeto de estudio de la psicología a la conducta, es decir, a todas aquellas manifestaciones observables, dejando de lado el estudio de los fenómenos intrapsíquicos. Sin embargo, si pensamos el deseo en función de los postulados básicos de esta corriente, podríamos pensar que refiere a la tendencia de un organismo a actuar para obtener una recompensa o evitar un castigo. El comportamiento deseado se aprende a través del refuerzo y la repetición.

La perspectiva humanista

El enfoque humanista ve al deseo como una expresión natural del ser humano y su necesidad de autorrealización y crecimiento personal. Según esta perspectiva, el deseo se refiere a la motivación intrínseca para alcanzar el máximo potencial y satisfacción personal. Carl Rogers, uno de los principales exponentes de la corriente humanista, desarrolló la teoría del self, según la cual el deseo es una expresión del proceso de actualización del self, que se refiere al proceso mediante el cual una persona busca desarrollar y alcanzar su potencial máximo.

Según el autor, el deseo se origina en las necesidades básicas de la persona, tales como: amor, pertenencia, seguridad, reconocimiento y autorrealización, y se expresa a través de la búsqueda de experiencias que permitan satisfacer esas necesidades. El deseo de autorrealización se ve como una motivación innata que impulsa al individuo a buscar el crecimiento personal y la realización de su potencial, a través de la exploración y la experimentación de nuevas experiencias.

Además, desde esta perspectiva se considera que el deseo es un aspecto fundamental en la vida humana, ya que es lo que impulsa al individuo a buscar el significado y propósito en su vida. La búsqueda de sentido y propósito se convierte en una parte integral del deseo humano y se relaciona estrechamente con la necesidad de encontrar un lugar significativo en el mundo y en la sociedad.

¿Influye el deseo en la toma de decisiones?

En un estudio reciente, se encontró que el deseo de gratificación inmediata puede influir en la toma de decisiones y llevar a las personas a tomar decisiones impulsivas que van en contra de sus objetivos a largo plazo. En este estudio, los participantes que tenían un mayor deseo de gratificación inmediata tenían más probabilidades de elegir una recompensa menor en lugar de esperar para obtener una recompensa mayor en el futuro. Estos hallazgos sugieren que el deseo puede tener un impacto significativo en la capacidad de una persona para tomar decisiones racionales y considerar las consecuencias a largo plazo.

 
 
Por: Agustina Repetto. Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente, estudiante del Posgrado en Sexualidad Humana: sexología clínica y educacional con base en Perspectiva de Género y Derechos Humanos.

Art. actualizado: Marzo 2023; sobre el original de diciembre, 2008.
Datos para citar en modelo APA: Repetto, A. (Marzo 2023). Definición de Deseo. Significado.com. Desde https://significado.com/deseo/
 

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