Importancia de la Educación Inclusiva
Título de Profesora de Biología
El siglo XXI abrió la puerta a la renovación de paradigmas, como respuesta a la búsqueda de la necesaria transformación de las creencias limitantes que se han arrastrado como consecuencia de una segregación selectiva, continua y sistemática de todo aquello que pudiese considerarse por fuera de los parámetros establecidos como normales, estando los aspectos intelectual, conductual, motor y sensorial entre los que más criterios de discriminación han marcado en las sociedades a lo largo de la historia de la humanidad, y entre los que más habrían condicionado el rumbo de la conformación de un sistema educativo que, necesariamente, se reservaba el derecho de excluir a quien no reuniese las condiciones suficientes para el cumplimiento de los estándares exigidos.
Condiciones particulares como la dislexia, el espectro autista y los trastornos atencionales, eran directa y rápidamente apartados de la oportunidad de participar dentro de un modelo educativo, cuya rigidez impedía adaptación alguna, como para siquiera intentar encajar dentro del engranaje de aprendizajes que suponía el hecho educativo, demostrándose a través de la historia que esta carente empatía escolar era su más grande punto de quiebre, por el cual se llegaron a fugar también las mentes más brillantes de la humanidad, tal y como le ocurriese a un Albert Einstein para el que la escuela había en realidad quedado demasiado chica y no al revés como juzgaron los maestros de ese entonces.
Un desarrollo más humano
Asumir entonces la necesidad de un cambio profundo sobre el criterio de separación funcional del que partía la educación, representaba no solo una transformación curricular que permitiese la adecuación de los contenidos, las estrategias didácticas y los mecanismos de evaluación de los aprendizajes adquiridos, en función de la satisfacción de las necesidades del estudiante en vez de las exigencias de la academia, sino que ha implicado la propia humanización de los maestros, orientándolos al desarrollo de una percepción del estudiante como el ser integral, único y auténtico que es, permitiéndole hacerse copartícipe directo en su propia formación y empoderándole de sus habilidades y virtudes para la superación de las dificultades que pudiese generarle el tener algún tipo de condición especial.
Partiendo de este fenómeno, el eje prevalente en la importancia de la educación inclusiva es el hecho mismo de haber logrado transformar la visión que se tenía sobre el estudiante como un mero depositario de conocimientos inmutables, para pasar a considerarlo plenamente como Ser Humano, logrando la reivindicación de los siguientes propósitos:
1) promover el derecho humano fundamental de todas las personas por igual de recibir una educación de calidad;
2) derribar las barreras limitantes que impedían el acceso a la educación, brindando por demás a cada estudiante la oportunidad de recibir el apoyo necesario para su aprendizaje y desarrollo integral;
3) transformar el paradigma educativo en vías del reconocimiento y aceptación de la diversidad humana, comprendiendo las características propias étnicas, culturales, vivenciales y biológicas del individuo;
4) fomentar la participación activa de cada uno de los estudiantes como competencia blanda que permita la integración en el aula y la comunidad de todos por igual.
Igualando las oportunidades
La educación inclusiva permite la adaptación de los procesos de enseñanza y la adecuación curricular, buscando asegurar la igualdad de oportunidades en el aprendizaje para todos los estudiantes, independientemente de la condición particular que presenten, para ello, ha sido necesaria la transformación del hecho educativo en un fenómeno transdisciplinario que permite la incorporación de los recursos y estrategias procedentes de la psicopedagogía, la psicología, la psiquiatría, las neurociencias y hasta de la fisiatría, así como de todos los demás elementos que puedan ser necesarios en un momento dado, para garantizar la máxima satisfacción posible de los aprendizajes y el bienestar integral del estudiante con condiciones especiales a lo largo de toda la experiencia.
En cuanto al impacto social que representa esta modalidad educativa, cabe destacarse que una de sus contribuciones más importantes es el fomentar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales como la empatía, el respeto, la tolerancia, la solidaridad y el altruismo, por medio de una sana convivencia que incorpora al aula la participación de estudiantes con necesidades y realidades distintas, tal y como se encuentra constituida en pleno toda humanidad, ayudando esta experiencia al desarrollo de personas dispuestas a romper con la segmentación social creada por estereotipos y prejuicios, para la conformación de una sociedad cada vez más sana e igualitaria.
En la diversidad está la fuerza
El estímulo que representa la búsqueda de la superación de las dificultades de aprendizaje dentro de un aula inclusiva, puede aportar también en la mejora del rendimiento académico de todos los estudiantes en general, como consecuencia del incremento de la voluntad y el deseo de autosuperación que se logra al propiciar un ambiente de colaboración, apoyo y participación, sirviendo este escenario también como modelo de integración social que prepara a los estudiantes para asumir la vida por medio de estos valores.
El incremento del grado de participación de la familia en los procesos educativos de los estudiantes con discapacidades o dificultades, también es un logro atribuible a la educación inclusiva, lo que a su vez ha servido para fomentar una relación de colaboración bilateral entre escuela y familia, que busca garantizar la satisfacción de las necesidades de cada uno de los estudiantes, estimulando el crecimiento y desarrollo de una auténtica comunidad escolar orientada a comprometerse cada vez más con la mejora de las condiciones para todos sus participantes.
Trabajo publicado en: Ene., 2025.
Referencias
Castillo-Acobo, R., Quispe, H., Arias-Gonzáles, J., & Amaro, C. (2022). Consideraciones de los docentes sobre las barreras de la educación inclusiva. Revista De Filosofía, 39.Dueñas Buey, M. L. (2010). Educación inclusiva. Revista española de orientación y psicopedagogía.
Fernández Batanero, J. M. (2013). Competencias docentes y educación inclusiva. Revista electrónica de investigación educativa, 15(2), 82-99.
Sarrionandia, G. E. (2017). Educación inclusiva. Sonrisas y lágrimas. Aula abierta, 46(2), 17-24.
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