Definición de Falencia
Si alguien escucha la palabra falencia en España es muy probable que desconozca su significado, ya que es un término propio del castellano antiguo y que en la actualidad no se utiliza en el lenguaje corriente. Sin embargo, entre los hablantes de Latinoamérica sí es un vocablo de uso común. Por este motivo, en la mayoría de diccionarios falencia es considerado como un americanismo.
Falencia proviene del latín fallentis y originariamente significaba «el que engaña». Vale la pena puntualizar que falencia y falacia comparten la misma raíz etimológica (falacia es una mentira con apariencia de verdad). En su incorporación al DRAE en el siglo XVlll falencia se definió como «error o engaño» con respecto a una afirmación. Curiosamente, falencia también se utiliza en el idioma portugués, significando deficiencia de funcionamiento.
Particularidades en su uso
Un idioma es una entidad viva y cambiante. Un ejemplo ilustrativo de esta idea es el uso de la palabra falencia en sus diferentes contextos y países en los que se habla español. Un argentino, un peruano o un paraguayo emplea esta palabra como sinónimo de carencia o falta de algo. De esta manera, se podría decir «hay una falencia de medidas medioambientales para proteger a las especies amenazadas» o «en los hospitales públicos hay grandes falencias de equipos avanzados». Si nos trasladamos al contexto nicaragüense, la palabra adquiere otro significado, pues equivale a quiebra o bancarrota de un establecimiento (la falencia del comercio tradicional en la capital supone una pérdida significativa de puestos de trabajo).
En el uso del español que se habla en Chile, nos encontramos con otra variante de significado; en este caso es sinónimo de insolvencia y se utiliza normalmente en el ámbito jurídico. En el contexto mexicano falencia es sinónimo de error, por lo que se podría afirmar «falencia en la delantera del equipo provocó un empate a cero» o «hubo falencias en la estrategia de comunicación«.
Una pincelada de los americanismos en nuestro idioma
Los filólogos consideran que los americanismos son los términos propios del español que se habla en el contexto Latinoamericano. El origen de los americanismos es diverso: el castellano antiguo que se hablaba en España hasta la Edad Media y el principio de la Edad Moderna, así como algunos términos de las lenguas amerindias que se han incorporado al español (hamaca, cacique o canoa) o incluso algunas palabras del inglés adaptadas a nuestro idioma y que son de uso común en América (apartamento, bluyín, carro o crack).
Trabajo publicado en: Jul., 2015.
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