Definición de Hábitat

David Alercia
Licenciado en Biología

El hábitat de una especie es el lugar o ambiente donde vive, cría y se desarrolla de manera natural. Muchas veces se asocia el hábitat solo con el lugar geográfico, pero esta relación no es tan sencilla. Decir, por ejemplo, que el hábitat de las ratas es “todo el mundo emergido” es un error. El hábitat de las ratas son los entornos urbanos y semiurbanos, donde hay acumulaciones de basura o acopios de cosecha o alimentos. Vemos que el hábitat de la rata no está ligada a un lugar físico, sino a un tipo de ambiente con ciertas particularidades.

Para otras especies con rangos de distribución más acotados, el hábitat puede quedar mejor definido con el lugar geográfico. Por ejemplo, si nos preguntan cuál es el hábitat de una especie endémica de las islas Canarias y respondemos “las islas canarias”, la respuesta no estará tan mal. Será incompleta, pero no incorrecta. Con estos ejemplos vemos que el concepto de hábitat es más complejo que simplemente decir que se trata del lugar donde vive una especie. Esta complejidad está dada porque se trata de un concepto ecológico, que además es básico en ecología.

Si la definición de hábitat fuese la de mero punto geográfico, entonces un zoológico podría ser considerado el hábitat de las especies que contiene, pero sabemos que no es así. El hábitat es un espacio que proporciona a una especie todo lo que necesita para sobrevivir en términos de alimento, refugio y donde puede encontrar todas las condiciones ambientales adecuadas para realizar sus funciones vitales sin problemas. Es el lugar donde una especie puede existir de forma natural y autosostenida. En el zoológico, las especies sobreviven gracias a sus cuidadores.

En la naturaleza, pocas especies viven en todo el mundo. Están vinculadas con los desplazamientos de la humanidad, y con frecuencia, son especies que viven con nosotros, sea como mascotas, como animales de granja o como plagas urbanas. Distribuidas ampliamente en el mundo, como los perros, los gatos, las ratas, el ganado o las palomas domésticas, se denominan especies cosmopolitas. En contraposición, la gran mayoría de las especies se encuentran en zonas limitadas del mundo.

Factores que configuran un hábitat

Para poder definir el hábitat de una especie, tenemos que tener en cuenta varias condiciones. Son esas condiciones las que van a hacer que en ese lugar pueda o no existir una especie determinada. Estos factores configuran el hábitat de la especie, y han de darse todos para que podamos definir un hábitat.

Ambiente físico

En principio, debemos tener en cuenta el ambiente físico, que incluye todos los factores abióticos como el clima, la geomorfología, el suelo, la salinidad o la cantidad de oxígeno disuelto.

En síntesis, el ambiente físico incluye todos los parámetros físicos y químicos del lugar. Desde luego, estos factores deben ser los adecuados para la especie.

Las especies tienen márgenes de tolerancia a cada uno de los parámetros ambientales. Algunas de ellas soportan variaciones amplias del valor del parámetro (como, por ejemplo, los humanos, que soportamos variaciones amplias de casi cualquier parámetro fisicoquímico). Otras solo toleran márgenes pequeños de variación, por ejemplo, una especie de pez que solo puede sobrevivir entre 24°C y 28°C no podrá vivir en regiones templadas, donde los inviernos son más fríos y los veranos más calidad que su margen de tolerancia.

Factores biogeográficos

También debemos tener en cuenta factores biogeográficos, desde el bioma o ecorregión en donde vive la especie hasta la presencia o ausencia de especies claves con las que la especie en cuestión pueda tener relaciones de cooperación o antagonismo.

Estos factores tienen mucho que ver con las interacciones que la especie puede establecer con otras y con el funcionamiento del ecosistema.

Por ejemplo, las plantas con flores dependen de la presencia de insectos polinizadores para poder reproducirse, de tal forma que, si en algún lugar no existe ese polinizador, la especie de planta podría también estar ausente.

Muchas especies han establecido relaciones interespecíficas de cooperación, que han derivado en historias de coevolución. Al igual que en el caso de las plantas, estás especies dependen de la presencia de su “socio” para poder vivir en un lugar.

El nicho ecológico

En los hábitats, debe existir el nicho ecológico de la especie. El nicho ecológico de una especie es la forma en que esta interactúa y se relaciona con su entorno o hábitat para lograr sobrevivir. Esto incluye condiciones como el lugar donde se aloja, los alimentos que consume, los recursos que necesita, los depredadores y competidores con los que interactúa.

Representa el “espacio funcional” único que la especie ocupa dentro de su ecosistema, así como las funciones que desempeña para asegurar su permanencia a largo plazo en él. El concepto de nicho es fundamental en ecología y se asume que no existen dos especies con el mismo nicho.

Una manera sencilla de ilustrar el concepto de nicho es pensar en él como en el “papel” que realiza un actor en una película. Para que ese papel pueda ser llevado a cabo por el actor deben existir todas las herramientas y la escenografía necesarias, pero además tienen que estar presentes los otros actores con los que interactúa.

Habrás notado que todos los factores anteriores, esto es el ambiente físico y la biogeografía, configuran en realidad el nicho ecológico de una especie. En este punto, podemos dar una definición mucho más precisa de hábitat como el lugar geográfico donde existe el nicho ecológico de una especie dada.

Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Art. actualizado: Marzo 2024; sobre el original de abril, 2009.

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