Hematofagia - Definición, Concepto y Qué es

La palabra hematofagia viene del griego y etimológicamente quiere decir comer sangre. De esta manera, la hematofagia es la alimentación a través de la sangre, una característica poco frecuente en el conjunto del reino animal. En este sentido, entre los animales que se alimentan de sangre hay que indicar a algunos mosquitos e insectos, a las sanguijuelas o a los murciélagos.

Claves científicas de esta alimentación

La sangre como tejido tiene propiedades químicas que la convierten en una forma de alimentación idónea para ciertas especies. Hay que tener en cuenta que las propiedades de la sangre se pierden cuando el animal muere, por lo que los animales hematófagos se alimentan de la sangre de animales vivos. Esta peculiaridad es muy singular, ya que el animal atacado por otro animal hematófago no debe morir, pues de lo contrario su sangre no serviría como fuente de alimento.

Si bien las especies de animales hematófagos son diferentes, todas ellas tienen algunas características morfológicas similares: un potente aparato bucal para atravesar la piel de sus víctimas, un sistema de secreción que permite que la sangre de sus presas se coagule y un sistema olfativo muy preciso que facilita la detección de la sangre en otros animales.

La hematofagia es considerada como una forma de parasitismo y hay que indicar que solamente las hembras se alimentan de sangre, ya que necesitan de la sangre para obtener proteinas destinadas a perpetuar su especie.

Algunos medicamentos anticoagulantes se han obtenido a partir del conocimiento de las sustancias químicas de algunas especies hematófagas, en especial de las sanguijuelas.

Riesgos para la salud en los humanos

La hematofagia no es simplemente una curiosidad del reino animal sino que tiene relevancia porque supone un riesgo para la salud de los humanos. Esto se debe a que los animales hematófagos son con frecuencia los que originan algunas enfermedades infecciosas (en términos médicos es considerada como un vector de enfermedad).

Son muy numerosas las enfermedades infecciosas relacionadas con estos animales que se alimentan de sangre: la rabia, la malaria, la enfermedad de Lyme, la enfermedad de Chagas o el dengue. Uno de los mosquitos hematófagos que puede desencadenar un proceso infeccioso es el Aedes Aegypti, que es el portador del virus del dengue, de la fiebre amarilla o paludismo y la fiebre Zika.

Fotos: iStock – Henrik_L / lovro77