Definición de Identidad Colectiva
Doctora en Historia
Las identidades colectivas son refugios identitarios que se comparten entre grupos amplios de personas en una sociedad. Aunque la terminología y las explicaciones teóricas pueden ser diversas según la disciplina que interpele dicha categoría, veamos cómo podemos comprender el tema.
De la identidad individual a la colectiva
Si partimos de comprender que la identidad se percibe como una serie de rasgos y características que definen a un ser, objeto o situación de manera particular y específicamente frente a otro ser, objeto o situación, es posible comprender que la identidad tiene que ver con aquello que nos hace diferentes de los otros, de lo contrario, no podría establecerse un límite entre el yo y el otro, o entre el nosotros y los “otros”. Aunque dos grupos identitarios puedan compartir algunas características similares, lo que importa es la perspectiva general de aquellas por las cuales se diferencian, como sucede entre los grupos indígenas, que, comparten el hecho de pertenecer a comunidades pensadas como tales, aunque rasgos como la vestimenta, cosmovisiones, forma de alimentarse, formas de honrar y celebrar lo que consideren cómo sagrado, y un largo etcétera, sea en esencia, diferente.
Elementos que configuran las identidades colectivas
Comenzaré por explicar que las identidades colectivas no son inmutables a lo largo del tiempo, es decir, no son construcciones fijas que permanecen inalteradas en los grupos sociales. Los elementos de definición se van alternando y combinando con los albores del tiempo, de ahí que sean fluctuantes, maleables y sobre todo permeables por diversos factores. Las identidades colectivas siempre son sociales, pues como dije antes, sólo es posible identificarnos frente a los otros. Por otro lado, es verdad que para la existencia de las identidades colectivas es necesario primero establecer las identidades individuales, puesto que la autoidentificación con lo que soy sucede al interior de un grupo, pero primero al interior de mi propia autopercepción. Luego, entonces, puedo proyectarlas con los otros y comenzar ese ‘baile’ entre lo que yo creo que soy y no soy, y así, busco y encuentro referencias para espejear con los otros. Esto es un proceso más bien irregular o circular que no tiene principio definido, puesto que al nacer, me son dadas ciertas características que me hacen heredero de unas identidades colectivas, por ejemplo, el ser mexicano, el ser de un pueblo o ciudad específico, la práctica de una religión -cuando los padres la inculcan a los hijos como parte de los valores familiares- y hay otras identidades que se eligen por la resonancia personal que tienen que ver ser parte de grupos identificados por la música, el deporte o las filiaciones ideológicas como los puks, los charros, el feminismo o el fandango.
Por tanto, las identidades colectivas son las formas que tenemos de participar en la sociedad al ser parte de ciertos grupos cuyo actuar o características se definen por determinadas prácticas. Las identidades colectivas son las formas que tenemos de pertenecer al mundo social, estas identidades son infinitas y muchas veces coexisten en nuestro ser, aunque puedan ser contradictorias. Por ejemplo, una mujer universitaria podría formar parte de una comunidad indígena que se define por el respeto a la tradición de la población indígena en la cual nació, podría estar formada con valores de un mundo rural que privilegia el amor al suelo y al trabajo manual, sin embargo, desde su existencia como universitaria también podría hacer parte de un colectivo feminista que exigen equidad sobre los derechos laborales entre hombres y mujeres así como la inserción de mujeres en espacios públicos.
Las identidades colectivas nos cobijan y muchas veces nos permiten avanzar por el mundo blindados de ataques e inseguridades cuyo blanco son los seres humanos aislados que no forman parte de algún grupo que respalde su actuar, sin embargo, estas identidades colectivas también pueden resultar en cargas difíciles de llevar cuando alguno de sus miembros no se identifica plenamente con las prácticas y valores culturales que comparten, por lo que estar adscrito a dicha identidad colectiva, puede ser una condena en situaciones muy particulares, por ejemplo, ser un migrante latinoamericano que intenta hacer parte de la cultura norteamericana puede valerle discriminación y prejuicios sólo por el hecho de ser un ciudadano de naciones consideradas “tercermundistas”. Las identidades colectivas son inherentes a la existencia humana, son cambiantes y moldeables y también son cargas culturales que atraviesan los cuerpos y pueden resultar en limitaciones para construir perspectivas y trayectorias personales que aparezcan como nuevas.
Las identidades más importantes, a nivel social, son las que se vinculan con la construcción de la nación, por ejemplo, ser mexicano, colombiano, argentino, español, etc. Digo que son las más importantes porque construir dichas identidades requiere un aparato burocrático y estatal clave que implica procesos educativos, propagandísticos y culturales donde, la historia, por ejemplo, juega un papel fundamental al proporcionar elementos del pasado que hermanan a millones de personas en torno a la identidad colectiva de carácter nacional. Por ello, elementos como el himno, una bandera, una historia patria llena de héroes y villanos cumplen un papel que homogeneiza la multiplicidad de identidades que se viven desde lo individual y que se van expandiendo al formar parte de muchos otros grupos. Las identidades colectivas somos todos existiendo en comunidad.
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Art. actualizado: Marzo 2023; sobre el original de noviembre, 2016.
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