Importancia del Balance General
Dentro del mundo de la contabilidad, el concepto de balance general es de suma importancia. Entendemos por balance general a la situación patrimonial que una entidad (por lo general, una empresa o negocio de algún tipo) tiene, en relación a sus bienes, propiedades, deudas y recursos humanos. El balance general es una ecuación que permite a los que dirigen la entidad conocer cuál es el estado patrimonial de la misma a partir de datos como lo que se tiene menos lo que se debe. En contabilidad, la idea de «lo que se tiene» se conoce como Activo mientras «lo que se debe» es llamado «Pasivo». El balance general supone entonces la resta del Pasivo al Activo para conocer finalmente el monto de todo aquello que se posee.
Cuando hablamos de balance general, hablamos de una ecuación que toda entidad debe realizar al menos una vez por año para conocer el estado de sus cuentas y para controlar, entre otras cosas, que la suma de sus pasivos (o todo lo que se debe) no sea mayor a la suma de sus activos (o todo lo que se tiene) porque en ese caso estaríamos hablando de un déficit financiero. La importancia del balance general radica entonces en la posibilidad de conocer la situación actual de esa entidad a nivel financiero y monetario, evitando problemas de tal tipo.
El balance general es, como tal, una ecuación bastante simple en términos generales. Sin embargo, para llevarse a cabo requiere un arduo trabajo y esto es así si se tiene en cuenta que todo debe ser contabilizado para obtener un resultado lo más perfecto posible.
En este sentido, podemos dividir al balance general en dos pares centrales que ya mencionamos: el pasivo y el activo. Dentro del activo, debemos volver a dividir entre activo fijo y activo circulante: mientras que en el primero encontramos todo aquello que no está destinado a la venta o a ser gastado (como por ejemplo los bienes muebles, inmuebles, bienes intangibles, inversiones a largo plazo como la compra de acciones), en el segundo encontramos todo aquello que circula, principalmente dinero líquido, productos terminados, materias primas, etc.
En el caso de los pasivos, encontramos también la misma subdivisión: pasivos fijos (deudas a mediano y largo plazo, recursos propios, reservas) y pasivos circulantes (deudas a corto plazo).
Trabajo publicado en: Dic., 2011.
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