Importancia del Designio Divino
Esta concepción comprende actos o situaciones que se consideren consecuencia del deseo de alguna entidad divina. Si bien en la mayoría de los casos este término se encuentra comúnmente relacionado con las religiones judeocristianas, también podemos encontrar registros de este tipo en otros tipos de religiones, especialmente las politeístas.
Un designio divino como forma de dar explicación a aquellas cosas que son inentendibles con la lógica humana
Podemos señalar aquí que un designio divino es aquello que los fieles señalan como resultado del deseo del Dios en el cual se cree. Así, los fieles y creyentes de una religión señalan que tal cosa, tal situación, tal circunstancia sucede como designio divino. En general, esta idea se vincula con la de castigo más que con la de premio, la de reconocimiento o alguna que tenga que ver con la misma naturaleza de la entidad divina.
En este sentido, la mayoría de las religiones establecen vínculos de amor pero también de mucho miedo respecto de los dioses y por lo general el designio divino es lo que decide hacer ese dios en relación al comportamiento humano. Por ejemplo, el término se usa para señalar que tragedias o castigos son causadas por el mal comportamiento de los hombres. Al ser humano no le queda otra respuesta posible que comprender que ese designio divino es irrefrendable y así muchas incertidumbres encuentran en la mente humana una posible explicación que sirve para calmar o para dar una respuesta donde es difícil encontrarla.
Cuando el concepto religioso se mezcla con la política nace la idea de derecho divino
Del mismo modo que ocurre, como señalamos arriba, con muchos aspectos de la vida cotidiana, la religión ha servido históricamente para dar explicación a cuestiones vinculadas con la política. Así, el designio divino también puede ser entendido como el deseo del Dios de dar poder, encumbrar y erigir como superior a determinado gobernante por sobre otro.
Esto, que se conoce como derecho divino, ha sido muy importante a lo largo de toda la historia ya que ha sido lo que justificó que determinados individuos tuvieran en sus manos el poder y no debieran dar explicaciones de cómo o por qué estaban allí. Esta situación llegó a su fin en Occidente con la Revolución Francesa que comenzó a separar la religión del Estado y por lo tanto ese vínculo se destruyó.
Imágenes: Fotolia. Yurii Bezrukov / Blambca
Trabajo publicado en: Mar., 2017.
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