Importancia de la División Internacional del Trabajo
Si uno desea comprender el orden mundial geopolítico y económico, debe prestarle atención al concepto central de la división internacional del trabajo. Esta idea que tiene aspectos políticos, geográficos y económicos surge en la segunda mitad del siglo XIX y tuvo por objetivo dividir el planeta dominado por Occidente en dos regiones: las regiones modernas y poderosas o ‘centro’ y los países dominados y empobrecidos o ‘periferia’.
El por qué de una división que rige hasta el día de hoy
Para entender la necesidad de la división internacional del trabajo, debemos hacer referencia al contexto en el que este concepto surge. En este sentido, la segunda mitad del siglo XIX ve nacer en Europa una necesidad de crear mercados de producción de materia prima barata que luego pudiera ser comercializada al centro y transformada en manufacturas o productos con valor agregado. Este fenómeno se da principalmente como consecuencia de la industrialización europea que requirió cada vez más y más material barato para producir.
En este sentido, los países europeos más pujantes para la época (Gran Bretaña, Francia, Alemania) establecieron una división internacional que designó actividades y especificidades, de manera indiscutible. Así, los países industrializados comenzaron a dominar militarmente a las regiones del planeta que quedaran sin dominar (como África o el sudeste asiático) y económicamente a aquellas que ya dominaban hace rato (especialmente América Latina). Estos nuevos tres mercados le permitieron a Europa encontrar regiones de produccción barata de materia prima para ser industrializada.
Entender los intereses detrás de la división internacional del trabajo es una necesidad política
Cuando observamos las características de la división internacional del trabajo que los países occidentales desarrollaron en la segunda mitad del siglo XIX entendemos que las intenciones detrás de esta reorganización geopolítica tuvieron que ver con intereses económicos y geográficos.
Así, esta división le permitió a los países más pujantes consolidar su poder sobre todo el resto del mundo conocido, establecer formas de vínculo imperialistas y alentar a la desigualdad económica debido a que los países de la periferia se veían obligados a vender su producción a precios impuestos por un mercado internacional.
Por su parte, los productos de tipo industrial se vendían a altos precios y esto significaba que en definitiva se enriquecían sólo dos o tres países en todo el planeta mientras el resto producía según el interés, necesidad o consumo de los primeros. Esta división regional del planeta se mantiene hasta el día de hoy y es lo que se conoce también como países del Primer Mundo y países del Tercer Mundo.
Imágenes: Fotolia. Millie – Marinka Alisen
Trabajo publicado en: Jul., 2017.
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