Importancia de la Educación Financiera
Título de Profesora de Biología
Aprender a mantener una sana relación con el dinero no sólo nos puede permitir estar al paso con la evolución de la tecnología y la sociedad, sino que también nos impulsa hacia lograr metas personales mayores a las que se aspiraban en el siglo pasado, siendo que en la actualidad ya se hace imparable el crecimiento estadístico de las personas que se vuelcan a desarrollar proyectos de trabajo independiente con los que incrementar los ingresos que perciben. Sin embargo, toda esta libertad conduce a nada si no es debidamente acompañada de los conocimientos financieros que permitan garantizar, entre otras cosas: 1) la toma de decisiones administrativas y gerenciales asertivas; 2) el reconocimento real de los gastos; 3) la reducción progresiva de las deudas, hasta su total cancelación; y 4) el incremento de la rentabilidad de los proyectos y, por ende, de las ganancias generadas.
Administrar las finanzas correctamente se ha convertido en una de las principales prioridades de la nueva era, bien sea por la facilidad de oportunidades para la generación de ingresos paralelos al concepto tradicional de un salario, como por la creciente necesidad de adoptar un estilo de vida sostenido a través del consumo de bienes y servicios que en otrora no existían siquiera, como por ejemplo el pago de los planes de consumo de telefonía, internet o hasta la renta de un medio de entretenimiento como netflix y la adopción de cursos y talleres online, con los cuales mantener al día las propias capacidades intelectuales y la formación profesional requerida para trabajar.
Educación para el dinero
La relevancia de la adopción de un bagaje amplio de conocimientos sobre cómo manejar los asuntos financieros personales, es un tema que en las últimas décadas ha tenido múltiples comprobaciones dentro de los ámbitos del crecimiento personal y el éxito, gracias a la difusión que le dieran personajes como R. Kiyosaki, B. Graham, R. Samsó, H. Eker y N. Hill, por medio de sus libros más exitosos, facilitando la comprensión de un área que solía mantenerse discretamente apartada de la sociedad como una exclusividad de los contadores, administradores, economistas y grandes empresarios. Sin embargo, la influencia que estos y otros autores alcanzaron al haber servido como ejemplo vivo de lo que significa para el éxito personal el asumir una educación financiera en permanente crecimiento, ha servido de base para la transformación de todo el paradigma económico mundial, promoviendo el auge y crecimiento del emprendimiento como un asunto de interés de la humanidad, dejando de ser producto de la osadía extrema de unos pocos, implicando a la par, la transformación de los mecanismos de trabajo y producción bajo cualquier rubro.
Este fenómeno de transformación ideológica sobre cómo se obtenía y utilizaba el dinero, representa un nuevo reto también para el sistema educativo global, pues se ha tornado imperante la necesidad de incorporar entre el desarrollo de las competencias blandas, la formación de valores centrados en la estabilidad personal que permitan el desarrollo de una sociedad más autónoma e independiente de las políticas y subvenciones de los Estados, en función de lograr combatir la pobreza producto de la desigualdad, y las consecuencias de los cada vez menos eficientes sistemas de pensiones y seguridades sociales y laborales, que no pudieron adecuarse correctamente al crecimiento poblacional.
En aras de alcanzar una equidad financiera, los programas educativos están comenzando a recibir propuestas de reformulación curricular, siendo cada vez más los maestros y profesores que abren espacio entre sus materias para la enseñanza de los conocimientos básicos que estimulen, desde la más temprana edad, el interés por la formación de una conciencia financiera que permita el éxito y la prosperidad de las nuevas generaciones, mientras que la educación autodidacta se ha convertido en la pieza clave para la transformación del paradigma y las creencias limitantes en los más adultos, quienes vienen de asumir el dinero como la laboriosa y limitada recompensa por su trabajo tercerizado y no como la entera consecuencia de todo el cúmulo de sus actos, e incluso pensamientos.
Remendando los bolsillos rotos
Uno de los mayores puntos de impacto de la educación financiera se enmarca en la correcta evaluación del movimiento que le damos al dinero, transformando gastos en auténticas inversiones, por medio de estrategias que van desde la realización de compras inteligentes, la eliminación de las fugas innecesarias y el pago de las deudas que se pudieran tener, hasta la transformación completa de la mentalidad sobre la adopción de créditos, préstamos e hipotecas, eliminando con ello los hábitos negativos de endeudamiento y despilfarro, asumiendo en su lugar prácticas de análisis, control y planificación centradas en el mayor aprovechamiento posible de los recursos y la justa valoración precio-calidad, lo que también reivindica a la producción manufacturera artesanal, acarreando como consecuencia el reimpulso de las actividades independientes de las artes y los oficios, haciendo que la educación financiera trascienda desde el hecho personal, hacia convertirse en un mecanismo de transformación social integral.
Estrategias financieras
Entre las bases más destacables para asumir las finanzas con la responsabilidad que ameritan tanto a nivel personal como empresarial, se han de asumir las siguientes:
El presupuesto personal o empresarial: con un registro permanente y detallado de todos los ingresos, gastos, inversiones y ganancias estimables según las actividades y períodos de tiempo que conciernan, lo cual permite tomar el control financiero y el ajuste de las prioridades.
Un sistema de ahorros: creando un hábito constante con un porcentaje definido de los ingresos que permita la generación de un fondo económico propio y creciente.
Los planes de inversión: asumiendo los conocimientos específicos y el análisis de todos los beneficios y riesgos, así como la asesoría y acompañamiento especializado.
La reducción progresiva de las deudas: priorizando en función de los intereses, tiempos y afectaciones que ocasionan.
La formación continua: el campo financiero es tan amplio como cambiante, por lo que debe asumirse con disciplina y constancia si se desea obtener auténticas mejoras.
El establecimiento de metas: tener en claro los objetivos y propósitos de lo que se quiere hacer con los recursos económicos, es un paso prioritario para alcanzar de manera exitosa los proyectos, permitiendo también la evaluación constante de las oportunidades y los fallos, a modo de poder tomar decisiones cada vez más asertivas.
La diversificación de las fuentes de ingresos: esto permite mejorar la estabilidad financiera, ampliando la capacidad de generación de recursos con los cuales reducir los riesgos económicos de la dependencia de una sola fuente, como, por ejemplo, cuando uno está sujeto de manera exclusiva a un salario y por alguna razón se pierde el empleo.
El control de gastos: una evaluación consciente sobre cómo empleamos el dinero permite también cambiar los hábitos personales sobre el consumo y uso que se le da a las demás cosas, asumiendo un estilo de vida más efectivo y práctico.
La planificación de la jubilación: desarrollar un fondo personal de retiros, así como el establecimiento de su usufructo, se ha convertido en la meta a largo plazo con mayor importancia para las generaciones actuales, teniendo que asumir cada quien la responsabilidad de poder disponer de los recursos necesarios para su vejez.
La consulta profesional: pese a la existencia de una ya innumerable cantidad de materiales que nos permiten educarnos financieramente, la asesoría experta de un profesional en el área específica que pueda estarse necesitando, debe ser siempre considerada en sí misma como una de las inversiones más importantes que puede marcar la diferencia entre el fracaso por el desconocimiento y el éxito obtenible con las decisiones correctas.
Trabajo publicado en: Ago., 2023.
Referencias
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Fernández, J. L. D. (2022). Finanzas de la empresa: toma de decisiones y subjetividad. Ediciones Universidad Católica de Salta.
Fornero, R. A. (2017). Finanzas personales y educación financiera: ¿Hilar delgado o trazar grueso?. XXXVII Jornadas Nacionales de Administración Financiera, SADAF.
Ramírez, D. C., Castañeda, S. S. P., & Ávila, B. S. (2016). Educación Financiera. Retos, lecciones y planes. Ingenio y Conciencia Boletín Científico de la Escuela Superior Ciudad Sahagún, 3(6).
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