Importancia de la Fases de la Luna
Las fases de la Luna sirven para explicar algunos de los fenómenos que observamos cotidianamente en la Tierra. Uno de esos fenómenos es el de las mareas, consistente en un retiro o adentramiento del mar sobre las costas. Por otro lado, las fases lunares son responsables de la luz que puede existir en la noche, pudiendo esta ser mayor o menor. Estos aspectos de las fases lunares son ampliamente conocidos desde la antigüedad, pero lo cierto es que también existieron algunas creencias relativas a estos cambios en la apariencia de la Luna que son francamente infundados. Así, por ejemplo, se ha hablado de la Luna como un elemento que puede influir en el comportamiento de las personas o en el crecimiento de distintas partes del cuerpo, como por ejemplo el pelo o las uñas.
Aquello que tiene base científica en lo que respecta a la influencia de la Luna es particularmente su efecto en las mareas. En efecto, estas cambian en función de las distintas fases que atraviesa este cuerpo celeste. El motivo de este fenómeno es el hecho de que la Luna tiene un campo de gravedad que llega hasta la tierra. En realidad, todos los cuerpos tienen una fuerza de atracción, solo que esta es despreciable cuando dichos cuerpos son pequeños. En cambio, en el caso de la Luna y los planetas, ésta puede llegar a ser mucho más considerable debido a su enorme masa. Este enorme campo gravitacional atrae al agua, haciendo que la misma se desplace hacia distintas costas y se retraiga de otras. Este tipo de acontecer fue percibido hace muchísimos años, pero no fue sino hasta el desarrollo de la física que pudo ser explicado cabalmente. En rigor, el Sol también pude tener un pequeño efecto sobre las mareas, pero el mismo es mucho menor y difícilmente perceptible.
Por otro lado, dependiendo de la fase presente, la luminosidad que se extiende en la noche puede ser variable. Esta situación puede sonar poco importante en nuestros días, pero en la antigüedad tenía una gran relevancia puesto que era la única fuente de iluminación para este momento. En efecto, como es sabido, la luz que proyecta la Luna se debe a la refracción de la luz proveniente del Sol, refracción que puede darse o no dependiendo de las distintas posiciones que la Tierra y la Luna tengan; estas posiciones explicarían las distintas fases observadas, fases que tienen un comportamiento cíclico a lo largo del tiempo.
Trabajo publicado en: Sep., 2014.
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