Importancia de la Incendio de la Guardería ABC en Mexico

Cuando la desidia mata a la infancia. Este episodio comprendió uno de los siniestros más impactantes que afectaron a México en lo que va del siglo XXI. El 5 de junio de 2009, por la tarde, un incendio de enorme magnitud mató a casi 50 niños y más de cien resultaron heridos de gravedad, en la Guardería ABC, cita en la ciudad de Hermosillo, perteneciente al estado mexicano de Sonora.​

La ausencia de controles gubernamentales y las nulas medidas de seguridad con las que contaba el establecimiento en el que funcionaba la guardería agravaron aún más la situación e hicieron prácticamente imposible el rescate de muchos de los niños que terminaron muriendo a causa de la asfixia.​

Un aspecto no menor en el drama fue la vulnerabilidad intrínseca de los niños, la gran mayoría de ellos bebés, que por supuesto no pudieron escapar per se de las llamas y del humo altamente tóxico que inundó el lugar.​

Un evento trágico que enluta hasta el día de hoy a México y que podría haberse evitado si el estado hubiese estado presente como correspondía.​

Una tragedia anunciada ​

La guardería que albergaba a niños de entre cinco meses y cinco años dependía del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un organismo gubernamental federal que presta los servicios de salud y de seguridad social a los mexicanos afiliados al mismo. ​

Desde la década del ochenta el IMSS entregaba en concesión a particulares y empresas privadas las decenas de guarderías que tenía bajo su autoridad y él se ocupaba de establecer las condiciones de funcionamiento.​

En 2003 modificó la reglamentación, flexibilizando los requisitos para concesiones de este tipo de establecimiento, y además redujo su inversión por cada niño alojado en ellas.​

Dicha coyuntura incrementó la cantidad de guarderías por lo fácil del acceso al negocio y también aumentó el caos en materia de organización y controles.​

Muy pocas cumplían con la seguridad que requerían los niños y estaban super pobladas.​

Falta de controles, de medidas de seguridad y una construcción inadecuada

Inmediatamente después de la desgracia se instruyó la investigación y el correspondiente proceso judicial para condenar a los responsables de tamaña desidia. ​

Los peritajes informaron que el incendio se originó por un sobrecalentamiento en el sistema de refrigeración de la propiedad contigua en la que funcionaba un archivo del departamento municipal de control vehicular y de ahí se propagó inmediatamente a la guardería, agravado por las condiciones de alta inflamabilidad del material conservado allí, con el cual estaba revestido el establecimiento para niños.​

Como ya sucedió en otras tantas tragedias símiles, las salidas de emergencia eran inadecuadas, no había extintores de incendio ni detectores de humo en la cantidad que exigida por ley, y además la construcción edilicia era inapropiada y terminó siendo una trampa mortal para los niños.​

El poder de turno en la mira

Si bien la primera reacción del gobierno federal y municipal fue ofrecer su asistencia a los padres, a las víctimas, y remover a los responsables del IMSS, la justicia avanzó poco en el castigo.​

Los concesionarios que estaban vinculados familiarmente con el gobernador del estado, Eduardo Bours, y con la ex primera dama Margarita Zavala, esposa del por entonces presidente Felipe Calderón, no fueron requeridos judicialmente a pesar del reclamo de las organizaciones de padres que se conformaron tras el trágico episodio.​

Condenas y cambios en la ley de guarderías

En 2016, el juzgado a cargo del caso sentenció de 20 a 29 años de cárcel a diversos funcionarios públicos del IMSS, de la municipalidad, y de bomberos de Hermosillo, por los delitos de homicidio y lesiones culposas. ​

En 2011, dos años después del suceso, y gracias a la lucha inclaudicable de familiares y organizaciones se modificó la ley de prestación del servicio de guardería para asegurar la integridad y salud de los niños que acudan a dichos espacios. ​

Los sobrevivientes siguen requiriendo en la actualidad atención médica por las secuelas gravísimas que les provocó el incendio.​