Importancia de la Lateralidad
Título de Profesora de Biología
Como habilidad espacial, la lateralidad permite: 1) la ejecución de movimientos más complejos; 2) la coordinación motora entre la parte derecha y la izquierda del cuerpo y viceversa, así como la diferenciación entre las extremidades superiores e inferiores; 3) tener la capacidad de duplicidad de movimiento sincronizados efectuándolos con las ambas partes del cuerpo; 4) aprovechamiento del potencial de la simetría bilateral; y 5) la discriminación consciente sobre las acciones del movimiento hacia un determinado lugar o dirección y con cuál parte del cuerpo realizarlo.
Junto con el desarrollo evolutivo de la capacidad motora, fue necesario explorar las habilidades mentales que permitieran movimientos cada vez más complejos, acompañando la dinámica anatómica de los cuerpos, a partir de las articulaciones, permitiendo su máximo aprovechamiento por parte de las especies, como una ventaja evolutiva en la búsqueda de la conquista de los nichos y de los recursos necesarios para su supervivencia.
Orientación en el espacio
Gracias a la lateralidad, podemos realizar actividades como escribir, bailar, montar bicicleta, y hasta conducir vehículos, como efecto directo de la posibilidad de discriminar entre nuestro posicionamiento y el de los elementos del entorno circundante, estímulo perceptivo que brinda a su vez gran información para la percepción de una orientación espacial más compleja, que nos permite una conexión con el sentido vectorial hacia dónde debemos dirigirnos o de dónde venimos, aunque en mucho menor grado que otros mamíferos y hasta del que poseen los propios insectos.
Saber con exactitud cómo dirigir nuestros movimientos en función del espacio, sumado a la percepción de la profundidad de campo, ha sido la mayor ventaja para el desarrollo de actividades que requieren de una alta precisión y con una atención mayor, lo que seguramente sirvió de importante estímulo para el desarrollo de los centros cerebrales encargados del control de estas habilidades y con ello de la propia humanidad en su capacidad para relacionarse con el entorno y desarrollar nuevas habilidades y talentos que desempeñar con el propio cuerpo.
Destrezas manuales
Todas las habilidades que se pueden ejecutar con las manos, así como la creación por medio de las artes y los oficios se deben desde un principio a la capacidad de nuestro cerebro de discriminar entre un lado y otro de nuestro cuerpo y con ello el control de su eficiente coordinación motora. La precisión que un neurocirujano o un orfebre pueden desarrollar en los movimientos de sus manos, mientras a la vez manipulan herramientas para la realización de tareas minuciosas, diminutas y de extrema precisión, bajo la tensión de tener que mantener la máxima atención para evitar errores irreparables, es sin lugar a dudas un escenario del que no muchos desean hacerse parte, no obstante, existe una mayor predisposición hacia la búsqueda de este tipo de actividades por parte de quienes tienen una elevada conexión con su motricidad fina y el manejo de su lateralidad.
Raciocinio en movimiento
Tener un manejo deficiente de la lateralidad se encuentra descrito entre las manifestaciones que pueden presentarse como generadores de dificultades de aprendizaje, tales como la dislexia, el trastorno de déficit de atención y el autismo, pero no necesariamente puede que su origen esté vinculado a alguna otra alteración cognitiva o conductual, sino que sea más bien producto de una baja estimulación de esta capacidad a nivel neurológico, en cuyo caso su fortalecimiento puede ser guiado sin mayor esfuerzo con una gran variedad de ejercicios que se orientan a nivel físico, para la coordinación motora, y a nivel mental a través de la neuroestimulación con el fomento de la interconexión entre los hemisferios cerebrales, por medio de la vista.
Incorporar en las rutinas diarias este tipo de ejercicios, permite no solo desarrollar mejores y nuevos talentos dependientes del manejo corporal, sino también incrementar la calidad de las respuestas instintivas y las reacciones inmediatas por la reducción en el tiempo necesario para que la mente procese la información procedente de diversos puntos del entorno, logrando armonizar la comunicación entre los niveles consciente, inconsciente y subconsciente, y una más eficiente percepción por los diversos sentidos, para la producción de respuestas motoras basadas en reflejos más conscientes y racionales que aquellos meramente instintivos.
Referencias
Bilbao, A., & Oña, A. (2000). La lateralidad motora como habilidad entrenable: efectos del aprendizaje sobre el cambio de tendencia lateral. European Journal of Human Movement, (6), 7-27.
España, M. D. C. P., & Pellicer, C. (2000). Los dibujos de los zurdos: percepción y lateralidad (Vol. 3). Publicacions de la Universitat Jaume I.
Mayolas Pi, M., Villarroya Aparicio, A., & Reverter Masia, J. (2010). Relación entre la lateralidad y los aprendizajes escolares. Apunts. Educación física y deportes, 2010, núm. 101, p. 32-42.
Méndez, R. (2010). La lateralidad influye en los problemas de aprendizaje. Revista digital para profesionales de la enseñanza, 2(4), 91-97.
Trabajo publicado en: Jul., 2023.
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