Importancia de las Leyes
Las conductas humanas son prácticamente infinitas. Hay actuaciones nobles, mientras que otras son despreciables. Entre unas y otras existe una innumerable gama de posibilidades. Esta circunstancia hace que sea necesario establecer un cierto orden normativo para regular la convivencia. Dicho orden es posible gracias a las leyes, cuyo estudio, promulgación y aplicación se torna fundamental para el respeto colectivo.
Tenemos pautas y límites que nos son impartidos desde la figura paternal como la primera interacción como la autoridad, siendo reprendidos y castigados cuando nos estamos portando mal, y, por el contrario, somos felicitados y premiados en caso de que hagamos caso
Esto se trata de lo que es conocido como normas implícitas, siendo distinta clase de órdenes, reglas y pautas que fundamentalmente apuntan a la buena convivencia, sin necesidad de que sean aceptadas o firmadas en un contrato o reglamento, sino que están entendidas como parte del sentido común.
Pero, por otro lado, tenemos a las normas explícitas, siendo ellas enunciadas y promulgadas mediante el uso del lenguaje escrito, con la característica de que deben ser elaboradas por un organismo competente, siendo a nivel estatal el Poder Legislativo, apuntando fundamentalmente a establecer un orden público, y teniendo aquellas que tienen formato de enunciados, mientras que, por otro lado, describen distintos procedimientos en la resolución de conflictos siendo Leyes de Forma.
Estas son aceptadas en forma automática como parte de ser ciudadanos dentro de un Estado de Derecho, el cual está constituido justamente a través de la Constitución Nacional o cualquier otra forma que se adopte como Ley Suprema, de la cual se parte la asignación de poderes, sus respectivos límites como así también los derechos y garantías que tiene disponible el pueblo.
¿Quiénes las hacen?
Los órganos legislativos de cada nación son los responsables de articular el ordenamiento jurídico. Las personas que realizan esta función son los legisladores. El poder legislativo en los países democráticos está formado por los representantes elegidos por el pueblo.
¿Quién administra justicia?
El poder judicial es el encargado de aplicar las leyes en el conjunto de la sociedad. En los diferentes tribunales de justicia los jueces resuelven controversias, condenan a los acusados o los absuelven. En su actuación el juez debe ajustarse a las leyes establecidas por el legislador.
La dimensión ética
Las leyes pretenden ser justas, razonables y equilibradas. Para que esto sea posible es necesario que el legislador reflexione sobre la moralidad de las cuestiones que se plantean.
La ley y la ética deberían ir de la mano, pero con cierta frecuencia toman caminos diferentes. Muchas decisiones judiciales son técnicamente válidas porque se ajustan a las leyes establecidas, pero no son consideradas moralmente aceptables.
¿Siempre hay que respetar las leyes?
En principio toda ley debe ser respetada, pues de lo contrario viviríamos en una sociedad caótica y sometidos a todo tipo de amenazas. Sin embargo, algunas leyes son discutibles y el respeto hacia ellas puede ser problemático desde un punto de vista moral. El mismo Jesucristo fue acusado de incumplir las leyes establecidas por los romanos.
Un caso paradigmático es el de Sócrates, quien defendió la necesidad de respetar las leyes de Atenas y cuando los tribunales de justicia le acusaron de corrupción con falsedades acabó aceptando su castigo con total resignación y se quitó la vida.
El listado de leyes absurdas, desproporcionadas o injustas es extenso
En algunos países de tradición musulmana la masturbación es castigada con la decapitación. En Francia se prohíbe que un cerdo tenga el nombre de Napoleón.
En algunos países las mujeres casadas pueden ser violadas dentro del matrimonio o ser ejecutadas si son infieles.
En Nigeria el marido puede golpear a la esposa si esta se comporta indebidamente.
En Irán las mujeres pueden declarar ante los tribunales solo si su testimonio es respaldado por dos hombres.
Las leyes penales en Singapur castigan la importación de goma de mascar o tirar un chicle al suelo en un lugar público.
Los jemeres rojos de Camboya declararon «enemigos del pueblo» a quienes no se dedicaban a actividades manuales (esta medida legislativa provocó el genocidio de tres millones de personas).
Trabajo publicado en: Jul., 2013.
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