Importancia de las Metas

Todos tenemos sueños en algún rincón de nuestra mente. Normalmente son ensoñaciones poco definidas y sin un plan específico asociado a ellas, como hacerse millonario, vivir en una casa rodeado de lujo, encontrar el amor o dar la vuelta al mundo. Sin embargo, no todo el mundo tiene metas concretas acompañadas de un plan de actuación y está dispuesto a pelear hasta el final para conseguirlas.

Pautas para que las metas a alcanzar no sean simples ensoñaciones

– Deberíamos preguntarnos con total sinceridad y honestidad qué es lo que realmente queremos.

– El ardiente deseo por conseguir un objetivo es el punto de inicio. Si tenemos verdaderas ganas por llegar a una meta, estaremos dispuestos a superar todos los obstáculos y situaciones adversas.

– La energía que mueve nuestras acciones es la fe que tenemos en nosotros mismos. Si no creemos en nuestra fuerza y capacidad todos los objetivos son inalcanzables.

– El objetivo tiene que ser creíble y no una fantasía que va más allá de nuestras capacidades reales.

– Un gran proyecto no se logra de la noche a la mañana, por lo que hay que ser paciente y tenaz. Si alguien quiere reducir su peso en 30 kilos es conveniente marcarse objetivos a corto y medio plazo para acercarse poco a poco al objetivo final.

– Para que cualquier meta tenga sentido es necesario poner en marcha un plan de acción y, sobre todo, cumplirlo.

El poder de las excusas

Es relativamente fácil encontrar una justificación para renunciar a nuestros deseos. Algunas de las más habituales son las siguientes: era demasiado difícil, no he tenido suficientes apoyos, no es el momento adecuado para este proyecto… Los humanos somos verdaderos expertos en el arte de encontrar excusas convincentes. Si encontramos una excusa que nos desvíe de nuestra meta es muy probable que el deseo por conseguirla no fuera totalmente sincero.

Cuidado con los miedos, pueden barrer todos los deseos

Con una buena excusa es posible que renunciemos a nuestros objetivos iniciales. Otra de las amenazas que dificultan el camino hacia el triunfo es el miedo en sus diferentes versiones. Tenemos miedo al fracaso, a equivocarnos, a ser criticados por los demás o a enfrentarnos al propio miedo. En cualquier de sus variantes el miedo es el gran obstáculo que debemos superar para luchar por nuestras metas.

No hay fórmulas mágicas

Todos conocemos célebres frases que resumen las claves del éxito, gurús iluminadores que afirman conocer el rumbo adecuado para lograr el triunfo o libros de autoayuda que nos proporcionan consejos para superarnos día a día. De todo ello se puede aprender, pero solo en nuestro interior encontraremos la fuerza para luchar por nuestras metas.

Se podría entonces considerar que la necesidad de saciar una necesidad sería el punto de partida para una actividad determinada, que tiene una metodología de acción específica o aplicada en forma generalizada, y que el objetivo es una de las metas que se nos proponen, aprendiendo posteriormente a subsanar una dificultad general aplicándose en un sinfín de casos similares, o bien en forma particular, específica para dicha problemática.

El establecimiento de metas u objetivos en nuestra vida cotidiana es una de las formas de poder lograr la motivación necesaria para la realización de una actividad, teniendo para ello una planificación o metodología que nos permita arribar a esta conclusión de forma sistemática y tratando de que el azar no sea un factor determinante, además de contar con los conocimientos o requerimentos que este resultado necesita para poder alcanzarse.

Todos los días estamos sometidos en mayor o menor medida a una meta que nos proponemos sin pensarlo, desde el llegar a un destino cuando estamos viajando, hasta la realización de una actividad específica en el ámbito laboral, e inclusive el proponernos la elección de una carrera universitaria es justamente el método para poder alcanzar el objetivo de la titulación de grado que anhelamos.