Importancia del Microscopio
Título de Profesora de Biología
Más allá de la capacidad de percepción del ojo humano, existe un universo entero de seres vivos cuya cantidad de especies es incluso aún mayor a los que podemos contemplar a simple vista. El motivo de mayor importancia del microscopio suele ser referido por el hecho de haber permitido el descubrimiento de los microorganismos causantes de las enfermedades, no obstante, existen múltiples razones por las cuales el microscopio ha sido y seguirá siendo una herramienta imprescindible para el bienestar de toda la humanidad.
Desde la observación de las más diminutas estructuras sobre las superficies de los organismos vegetales y animales, para el descubrimiento tanto de su presencia, como de sus variaciones y funciones, el diagnóstico de la gran mayoría de las enfermedades, las alteraciones de las células como las cancerígenas y hasta el descubrimiento y clasificación de los virus, son todos hechos que han sido posibles gracias al desarrollo y uso del microscopio.
Este grandioso instrumento impulsó también el avance de otras ciencias como la química y la física, siendo a través de éste que áreas como la cristalografía, la mineralogía y el análisis de polímeros nos han develado las maravillas de la composición de los elementos, por lo que la importancia del microscopio trasciende también a nivel industrial sobre las medidas y controles de calidad de cada producto elaborado, evaluando tanto su estabilidad e integridad fisico-química, como también su pureza e higiene en todos los aspectos.
La curiosidad humana ha sido desde la época de las cavernas, la más maravillosa fuente de inspiración para el desarrollo de nuestra propia tecnología, es así que a lo largo de los siglos la mirada de quienes nos precedieron fuese atraída hacia cada elemento visible en su entorno, no obstante, hubo quien también quisiera ver un poco más allá y se dispusiera a la creación de algún artilugio que le permitiese salir de dudas, por lo que en muchos casos, determinar el origen específico de uno u otro instrumento y la fecha exacta y autoría de ciertos hallazgos no son tarea fácil, pues más de uno estaba sumado a la misma causa, como por ejemplo ha ocurrido con el microscopio, del cual se pensaba que Galileo era su inventor, pero del cual ya existían versiones previas y personas que lo habían usado para dar inicio al estudio de la vida microscópica y de la observación más detallada de las estructuras de plantas, animales y minerales.
De la óptica a la electrónica
Ya han transcurrido más de 500 años desde la fabricación de los primeros microscopios, y miles han sido los usos y modificaciones que se le han conferido, a partir de su potencial de aumento más simple de apenas 10 veces el tamaño del objeto observado, hasta haber logrado alcanzar en la actualidad un poder máximo eficiente de 1.500 veces en el aumento, en el caso de los microscopios ópticos los cuales son iluminados por por haces de luz de diversos tipos y fuentes, mientras que en el caso de los microscopios electrónicos, tal y como su nombre lo indica, iluminan a los objetos en estudio por medio de ondas electrónicas, lo cual ha permitido agigantar lo observado hasta casi dos millones de veces su tamaño, capacidad que ha permitido los grandes avances en la virología de la última década.
Súper habilidades, gracias al microscopio
Quienes han tenido la maravillosa oportunidad de realizar labores por largo tiempo haciendo uso del microscopio, no sólo aprenden a ver el mundo desde una óptica distinta, sino que ya desde sus modelos más básicos y simples, los microscopios van ejercitando a sus usuarios hacia el desarrollo de habilidades de bilateralidad tanto motriz como mental, por lo que no es de extrañar que la mayoría de ellos también sientan una mayor afinidad hacia el arte – en cualquiera de sus expresiones – y posean mucha agilidad con sus manos y reflejos más hábiles, pues son algunas de las condiciones estimuladas por la coordinación constante de movimientos invertidos con respecto a lo que el ojo ve, ejercitando la neuroplasticidad cerebral, ya que quien observa el mundo a través de un microscopio sabe bien que nada es realmente lo que a simple vista parece, ni tampoco se mueve igual a lo que la mente cree.
Referencias
DuPraw, E. (1971). Biología Celular y Molecular. s/e. Barcelona, España. Ediciones Omega, S.A.
Ford, B. J. (2002). El nacimiento del microscopio. Contactos, 45, 29-38.
Renau-Piqueras, J., & Faura, M. (1994). Principios básicos del microscopio electrónico de barrido. Sección de Microscopía Electrónica. Centro de Investigación. Hospital La Fe. Valencia, España.
Art. actualizado: Diciembre 2022; sobre el original de marzo, 2013.
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