Importancia del Moda
Título de Profesora de Biología
La tendencia sobre lo que se emplea para vestir (y extendido a otras industrias como la tecnológica, por ejemplo, en relación con modelos de smartphone) representa uno de los asuntos con mayor importancia en nuestro desempeño cotidiano. Desde usar la vestimenta adecuada según los protocolos morales y de ética, en función del contexto, hasta mejorar nuestro estado de ánimo y apariencia física con lo que llevamos puesto, son parte de los relevantes beneficios que la moda ha logrado aportarle a la humanidad debido a definirse a través de cualidades como:
1) permitir que las personas expresen mediante la selección y uso de prendas diversas su propia identidad, demostrando desde autenticidad hasta necesidad de aceptación, involucrándose inconscientemente a la ropa como elemento clave del discurso no verbal con el que nos comunicamos en todo momento;
2) servir de estímulo para el desarrollo de la creatividad desde muy temprana edad, siendo la selección de la indumentaria parte del desarrollo de la identidad y la autoimagen que nos creamos y deseamos proyectar en los demás;
3) influenciar directamente sobre la autoestima, no solo como parte de la autoimagen, sino como simbolismo de pertenencia social y cultural, la necesidad imperiosa de estar a la moda o ser disruptivo en cuanto a ella revelan drásticas diferencias sobre cómo el individuo percibe su participación en la sociedad;
4) la posibilidad de mantener a través del tiempo la vigencia de los hábitos y tradiciones de las vestimentas como parte del acervo cultural de los pueblos, permitiendo la preservación de su esencia, a la par de su adaptación hacia los cambios de la valoración estética;
5) el desarrollo de todo un sistema económico que mantiene un gran número de fuentes de empleos y gran parte de las dinámicas financieras a escala global;
6) el aprovechamiento de las dotes artísticas y creativas, fomentando la innovación estética y tecnológica para el desarrollo de prendas y producciones cada vez más evolucionadas en todos sus aspectos;
7) la generación de soluciones indumentarias asequibles para todos los gustos y posibilidades económicas.
Impactos psicológicos a través del vestidor
El modo como nos percibimos a nosotros mismos es un reflejo del estado en el cual se encuentra nuestra autoestima y esto, a su vez, es un hecho que termina siendo exteriorizado mediante el condicionamiento de la gestualidad corporal. Desde un punto positivo, la moda nos ha hecho conscientes sobre la importancia del cuidado de la imagen que proyectamos ante las miradas de los otros, orientando indirectamente nuestra atención hacia los hechos profundos que pudiesen estar afectando nuestro estado de ánimo, mientras que, de manera directa, nos ofrece los recursos para valernos de ella como parte de las herramientas que nos ayudan a mejorar la apariencia externa y nuestro estado interior.
Sin embargo, bajo un enfoque un tanto menos alentador, los cambios constantes que experimenta la moda también plasman en muchas personas un considerable impacto psíquico negativo que puede desatar desórdenes conductuales que van desde el narcisismo y la frivolidad, hasta auténticas compulsiones y manías, con una exacerbada necesidad de llamar permanentemente la atención de los demás, mediante una superflua apariencia que requiere de grandes inversiones de tiempo, dinero y termina alimentando un círculo vicioso de inagotable inconformidad, por lo que siempre se hace necesario mantener un sano equilibrio entre ambos influjos que el mundo de la moda proyecta en aras de asegurarse la manutención de su propio estatus financiero.
De los trapos al mercado
El impacto social de la moda condiciona no solo sobre la selección de la ropa que llevamos a casa, sino que sus estrategias de mercado han influido sobre todos los demás factores de la vida cotidiana, encausando los patrones de consumo hacia la dinámica de adquisiciones modales según tendencias que buscan ofrecer novedosas soluciones a las necesidades de los consumidores, mediante un mecanismo que en muchos parámetros trasgrede las barreras de lo auténticamente necesario e impone una senescencia programada sobre los productos, garantizando la continuidad de consumo para las subsecuentes variaciones, sin considerar las repercusiones ambientales, ecológicas y personales que ello representa.
Sustentabilidad y otros problemas
Según esto, y siguiendo con la ropa como mayor ejemplo de las dinámicas de la moda, en las últimas dos décadas el consumo de la moda indumentaria demuestra haberse salido de control, debido a la vertiginosa competencia existente entre las marcas que dirigen la pauta con su incesante deseo de expansión hacia el dominio de todo el mercado mundial, lo que ha generado como consecuencia resultados altamente cuestionables, hallándose entre los más relevantes:
1) excesos de producción de piezas, con un margen muy por encima de la demanda real;
2) plagio de diseños entre las marcas, dificultando también el surgimiento de los nuevos diseñadores, quienes muy rápidamente ven sus propuestas primarias popularizadas bajo otros nombres;
3) incremento en la generación de desechos sólidos a lo largo de toda la cadena de producción, pero con mayor énfasis en la cantidad de prendas de vestir desechadas por devoluciones de compras o simplemente por no haberse vendido;
4) una nueva fuente de contaminación atmosférica, tras comenzar a utilizarse esta ropa desechada como combustible alternativo para la calefacción, por parte de las personas con menor poder adquisitivo, rematándose ya empaquetada para este propósito, produciendo una alta emisión de gases tóxicos para las personas y el resto del planeta, lo que se suma a todas las demás emisiones tóxicas de los procesos propios de fabricación de las prendas;
5) aumento de los niveles de ansiedad en las nuevas generaciones, debido a la mayor exposición que la moda recibe por parte de los medios, las nuevas dinámicas de las redes sociales y la sobrevaloración estética que promueven;
6) la imposición de la moda ultra rápida, que a su vez, ha transformado el patrón en el cambio modal el cual ya no obedece al habitual ritmo de las justificadas temporadas en función de las estaciones climáticas del año, sino a la capacidad diaria de publicación de diseños nuevos de las casas de marcas, lo que a su vez implica una creciente adquisición de prendas que siquiera llegarán a ser usadas por parte de los compradores.
Del mismo modo, factores como la compra y acumulación compulsiva de prendas de moda, dentro una dinámica tan frenéticamente cambiante, no solo están generando alarma en torno a las repercusiones que el fenómeno acarrea sobre la conducta social y la salud mental, sino también sobre la insustentabilidad con la que la industria de la moda se ha estado imponiendo como uno de los principales motores económicos globales, pasando de haber permitido solventar con estilo una de las necesidades más básicas para cualquier persona, a convertirse en uno de los mayores generadores de problemas a resolver entre las no pocas variables que debemos de modificar para recuperar nuestro equilibrio con el planeta, tomando en cuenta que lo mismo aplica para cualquier otro tipo de rubro que se sustente sobre las dinámicas de una moda.
Art. actualizado: Enero 2024; sobre el original de mayo, 2011.
Referencias
Barthes, R., & Roche, C. (2003). El sistema de la moda y otros escritos. Barcelona: Paidós.Entwistle, J. (2002). El cuerpo y la moda: una visión sociológica (pp. 273-p). Barcelona: Paidós.
Rojas, N. (2005). Moda y comunicación. Universidad Abierta Interamericana, 7-8.
Sánchez-Contador Uría, A. (2016). La identidad a través de la moda. Revista de Humanidades, 29, 131-152.
Schulte, N. K., & Lopes, L. D. (2010). Sustentabilidade ambiental: um desafio para la moda. Actas de Diseño, (9).
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