Importancia de las Moneras
Título de Profesora de Biología
Si bien para muchos expertos el reino Monera debería suprimirse de los modelos actuales de taxonomía, su importancia en biología y en ciencias de la salud es tal que los cambios parecen hacerse esperar. Con el nombre de moneras se reconocen a todos los microorganismos que los científicos definen como procariotas. Este término técnico se utiliza para definir a los seres conformados por una única célula y que carecen de un núcleo celular. Por consiguiente, el material genético está dispuesto en un único cromosoma que se encuentra libre en el citoplasma de estos microorganismos. Asimismo, carecen de otras organelas como las mitocondrias y los cloroplastos, sólo presentes en las células de los organismos superiores (reinos Vegetal, Animal, Hongos y Protistas).
Por sus procarióticas características celulares, las bacterias y sus predecesoras, las arqueas, ameritaron ser taxonómicamente organizadas dentro de su propio reino, representando este el grupo de organismos unicelulares más primitivos, de los que probablemente se deriven muchas de las ramas filogenéticas a través de las cuales fue evolucionando la vida sobre la Tierra.
Bajo la posible hipótesis de que la fusión entre procariontes permitió el desarrollo de las células eucariotas que fueron capaces de ir conformando los tejidos y órganos de animales y plantas, gracias a la mayor complejidad orgánica, fisiológica y genética de éstas, se suscribe todo un micromundo de especies perfectamente adaptadas a cualquier tipo de escenario fenomenológico, cuya extraordinaria capacidad de supervivencia permite garantizar, hasta cierto punto, la conservación de un reservorio de información genética disponible, de ser necesario, para la reiniciación del ciclo evolutivo tras el también hipotético caso de ocurrir alguna nueva extinción masiva que arrasase con todas las formas superiores de vida. Los microorganismos del Reino Monera también cumplen con muchas otras funciones que han facilitado el acondicionamiento de los factores que sostienen a la evolución y supervivencia de todos, conservando sus patrones, dinámicas y características sin cambios muy notables a lo largo de millones de años, ofreciéndonos principalmente:
1) información sobre los orígenes de la vida y las condiciones particulares del planeta a lo largo de las eras geológicas;
2) una fuente de datos extrapolables con los cuales inferir sobre la posibilidad del surgimiento de diversas formas de vida en otros planetas;
3) conocimientos sobre los factores adaptativos de la vida ante condiciones extremas;
4) el mantenimiento de las dinámicas de los ciclos biogeoquímicos, por ser en su mayoría reincorporadores de elementos nutritivos para su aprovechamiento por otras especies;
5) material genético primario para la investigación y desarrollo de una amplia gama de recursos biotecnológicos y farmacéuticos;
6) el placer de deleitarnos con exquisitos quesos, yogures y vinos, imposibles de producir sin la digestiva presencia bacteriana;
7) la generación de relaciones simbióticas y mutualistas que contribuyen a los procesos vitales de muchas especies, como por ejemplo ocurre con la microbiota que nos acompaña a lo largo de la vida, como refuerzo de nuestro sistema inmunológico y como agentes facilitadores de los procesos digestivos y de asimilación de nutrientes.
Entre estas muy positivas relaciones con los miembros del Reino Monera, destaca también su aporte biodinámico, mediante la masa de material orgánico que son capaces de procesar y rendir útil nuevamente para su aprovechamiento, siendo responsables de la fijación en los suelos de elementos como el carbono, el nitrógeno y el fósforo, sin los cuales las plantas no pudieran incorporar energía a la red trófica y siquiera sobrevivir. Como parte de este cuantioso aporte para la conservación del indispensable balance entre materia y energía, que contribuye significativamente al mantenimiento de la limpieza y el orden en los ecosistemas, las bacterias han permitido la generación del petróleo, sin el cual no existirían todas las actividades económicas que hemos desarrollado a través de su uso.
Impactos saludables y no tanto
La relevancia particular de ciertos grupos de bacterias ha sido atribuida por otras habilidades no tan beneficiosas, aunque ecológicamente también sean justificables, y es que un gran número de enfermedades y afecciones son producto de la acción directa de algunas de sus especies o bien de las toxinas que segregan como parte de sus propios desechos, como por ejemplo ocurre con la Bordetella pertussis, causante de la tosferina, y las diversas Salmonellas spp, cuyos problemas que generan varían desde severas afecciones gastroentéricas, hasta letales complicaciones circulatorias y pulmonares.
El desconocimiento de la existencia y tratamiento de las infecciones ocasionadas por las bacterias, previo a las investigaciones de Robert Hooke y Antony van Leeuwenhoek hace unos 300 años, incidió gravemente en el desarrollo y los índices de longevidad y mortalidad de las sociedades pasadas, siendo tan frecuente como común el padecimiento de enfermedades infecciosas que mantuviesen mermadas a las poblaciones, convirtiéndose en la resolución de este problema en uno de los principales enfoques que han dirigido el curso del desarrollo y expansión de la industria farmacéutica a escala global, y que aún ocupa gran parte de sus recursos para la generación de antibióticos y vacunas que permitan un combate cada vez más eficiente de las enfermedades ocasionadas por estos microorganismos.
La importancia de las moneras radica en su permanente interacción con los restantes organismos vivos, ya sea mediante la simbiosis (como ocurre con las bacterias presentes en el intestino de los animales, incluido el hombre, que favorecen la inmunidad y los procesos digestivos), el aporte de la fotosíntesis (con liberación de oxígeno a la atmósfera) o, por el contrario, por su capacidad para provocar enfermedades de distinta gravedad, como se describe para numerosas bacterias.
Biotecnología bacteriana
Dentro del reino Monera se cataloga tanto a la totalidad de especies de bacterias como a algunos organismos como las llamadas algas azules o cianofíceas, también microscópicas pero, en muchos casos con capacidad para la fotosíntesis. Los organismos procariotas que integran el reino Monera se caracterizan por ser los organismos vivos de menores dimensiones, con un diámetro que no supera los tres micrómetros. Su sorprendente capacidad de adaptación les permite en general nutrirse con las modalidades más variadas y, en muchos casos, pueden sobrevivir en ausencia absoluta de oxígeno, como ocurre con las bacterias anaeróbicas.
La reproducción de las moneras se efectúa por fisión binaria sencilla, que ocurre en la mayoría de las bacterias cada 20 minutos mientras las condiciones ambientales lo permitan. De todos modos, existen procesos de intercambio limitado de material genético por medio de fragmentos de ácidos nucleicos llamados plásmidos; este proceso es responsable en muchos casos de propagar la resistencia de las bacterias a los antibióticos. Por otra parte, si bien muchas moneras son inmóviles, en otros casos cuentan ya sea con la capacidad de adherirse a su entorno o de desplazarse con la expresión de flagelos.
Además de impulsar el avance de la investigación científica en el campo de la medicina y la farmacéutica, las bacterias y extremófilas arqueas también se encuentran estimulando la creatividad dentro de las áreas tecnológicas y la ingeniería, quienes buscan aprovecharlas para la degradación de los propios residuos sintéticos que hemos generado, en vías de desarrollar alternativas sustentables que hagan posible la reducción del impacto que ocasionan la mayoría de nuestros derivados industriales, con especial énfasis en los plásticos y el tratamiento de las aguas residuales, así como en las estrategias de biorremediación que comienzan a implementarse para la recuperación de las áreas contaminadas, colaborando también a escala industrial para el desarrollo de una gran variedad de productos alimenticios y en la generación de procesos metanogénicos de los cuales obtener fuentes de gas alternativo, cuya extracción sea de menor impacto para el ambiente de lo que representa la explotación del gas natural.
Art. actualizado: Feb. 2024; sobre el original de septiembre, 2012.
Referencias
Campbell, N. A., & Reece, J. B. (2007). Biología. Ed. Médica Panamericana.Curtis, H. (2006). Invitación a la Biología. Ed. Médica Panamericana.
García, S. C. (2011). Bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno. Cuadernos del Tomás, (3), 173-186.
Lodish, H. (2005). Biología celular y molecular. Ed. Médica Panamericana.
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