Importancia de la Mujer
La dignidad intrínseca de todas las personas está reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En este documento se indica que todos los derechos y libertades deben aplicarse sin ningún tipo de distinción, ya sea religiosa, cultural o sexual. Esto implica que hombres y mujeres se encuentran en un plano de igualdad.
A pesar de este reconocimiento formal, millones de mujeres en todo el mundo continúan luchando para que el reconocimiento efectivo de sus derechos sea una realidad.
La importancia de la mujer resulta tan trascendente que se torna complejo y virtualmente imposible de describir con las limitaciones que impone el vocabulario. Desde una restricción puramente biológica, la mujer es la persona de sexo femenino, definido a partir de la presencia de dos cromosomas X en las células somáticas. Sin embargo, en un contexto más amplio, la concepción global de lo femenino excede las fronteras de la biología y discurre por caminos históricos, conductuales y culturales, que permiten un abordaje diferente de la mujer en la sociedad occidental de nuestros días.
Más allá de la sorprendente diversidad que caracteriza a las naciones y los pueblos del mundo, se reconoce desde tiempos históricos una gran diferencia en el rol cultural de mujeres y varones que se hizo manifiesta hasta fines de la Edad Moderna. A partir de entonces, la participación de la mujer en distintas tareas que se encontraban reservadas para los hombres se vio acompañada de una progresiva tendencia a la igualdad de derechos y de oportunidades, que ha llegado a su expresión más trascendente desde la segunda mitad del siglo veinte.
Un largo camino
A finales del siglo XlX y principios del XX algunas mujeres de Gran Bretaña y Estados Unidos salieron a las calles para reclamar el voto femenino. El movimiento sufragista comenzó como una rareza e inicialmente sus reivindicaciones chocaron frontalmente con la mentalidad machista de la época.
Sin embargo, en la actualidad el sufragio universal es una realidad generalizada en todo el planeta. Las primeras feministas iniciaron un camino que todavía se recorre.
Así, las mujeres fueron incorporándose al mundo laboral, a la universidad, a la política, al deporte y a todo tipo de esferas.
En el siglo XXl todavía existen violaciones contra los derechos humanos de las mujeres
En algunos países árabes las mujeres no pueden conducir, se practica la poligamia y los hombres pueden limitar las libertades individuales de sus esposas e hijas.
En amplios territorios del continente africano se mantiene la mutilación genital de las adolescentes y esta práctica es considerada como una violación de los derechos humanos.
La trata ilegal de esclavas sexuales es una realidad y quienes la sufren se encuentran sometidas a un régimen de explotación inhumano.
En el mundo occidental el número de víctimas de la violencia de género permanece estable y las medidas adoptadas para combatir este fenómeno no han sido eficaces.
Niñas en todos los rincones del planeta son obligadas a contraer matrimonio en contra de su voluntad y en algunos territorios las mujeres son obligadas a la esterilización forzosa.
Las leyes que reconocen los derechos de la mujer representan un avance, pero la plena igualdad solo se conseguirá con un cambio de mentalidad
El reconocimiento legal de los derechos de la mujer es un avance incuestionable, pero los tratados internacionales y las leyes sirven de poco si no se ponen en práctica.
Por otro lado, todavía existen muchos prejuicios y obstáculos que dificultan la igualdad real entre hombres y mujeres.
Todavía existen trabajos típicamente masculinos y femeninos, mujeres que renuncian a su vida profesional para cuidar de sus hijos, distinciones de salario entre ambos sexos y falta de recursos y apoyos para que la igualdad sea efectiva.
Así, el papel de la mujer en los años actuales se reparte entre ámbitos que conciernen en forma prioritaria a la feminidad, como la maternidad y la crianza de los niños, por un lado, y aquellas condiciones que surgen de la mayor presencia en áreas profesionales, docentes, políticas y directivas. Este doble desempeño da lugar a algunas consecuencias deletéreas, como un porcentaje de casos de estrés más elevado y el surgimiento de conflictos en la esfera psicológica.
Acaso uno de los signos más destacados de los cambios en la participación de la mujer en la actualidad consiste en su presencia en el ámbito político, tras siglos de negación de la posibilidad del sufragio y de la elección de gobernantes. Este avance ha permitido un crecimiento de la cantidad de legisladoras en numerosas naciones y, asimismo, el acceso a puestos gubernamentales relevantes de muchas mujeres en todo el planeta.
Por consiguiente, reducir la importancia de la mujer a un único aspecto consiste en una verdadera minimización. Cualquier enfoque del tema resultará en todos los casos tan sólo una sutil expresión de la totalidad de esta realidad compleja, cambiante y en franco crecimiento hacia un mejor escenario futuro.
Trabajo publicado en: Sep., 2012.
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