Importancia de Pitágoras
Algunos pensadores y científicos de la antigüedad hicieron propuestas que en la actualidad se mantienen totalmente vigentes. Esto es lo que ha sucedido con la figura de Pitágoras de Samos.
Los científicos contemporáneos y Pitágoras comparten una misma idea: todo lo que existe se puede expresar en un lenguaje matemático
En el mar Egeo, concretamente en la isla de Samos, nació Pitágoras hace 2500 años. Por entonces, sus habitantes rendían culto a la esposa de Zeus, la Diosa Hera. Se dice que Pitágoras abandonó la isla huyendo del cruel tirano Polícrates que la gobernaba.
A lo largo de su vida Pitágoras y sus discípulos defendieron dos visiones de la realidad, una científica y otra de orden espiritual. Así, sostuvo que todo se puede formular matemáticamente y defendió la teoría de la reencarnación del alma humana.
Su famoso teorema sigue estudiándose en todos los rincones del planeta, pues se trata de uno de los principios fundamentales de la geometría. No es extraño que científicos como Galileo, Kepler o Newton se considerasen herederos de su legado.
Además de sus aportaciones en el ámbito de la matemática y su concepción de la reencarnación, Pitágoras tuvo otras pasiones: la gimnasia, la música y la lectura de la Ilíada y la Odisea. Con el paso de los años se convirtió en un hombre sabio y se decía de él que poseía un don profético para descifrar el futuro. Su gran curiosidad le llevó a viajar por Egipto y por el Mediterráneo en busca de nuevos conocimientos. En sus viajes conoció a los sacerdotes de Egipto, a los sabios sumerios y a Tales de Mileto y a Anaximandro, dos personajes fundamentales para entender la filosofía griega.
A lo largo de su existencia no dejó de buscar la verdad y de preparase física y espiritualmente. Seguramente por ello se hizo vegetariano, pues entendía que así purificaba su cuerpo y su alma. Alimentándose solamente de vegetales daba un primer paso para iniciar el futuro camino de la reencarnación del alma más allá de la muerte.
Los ideales de Pitágoras nos sirven de inspiración
Ya anciano y tras largos años de viajes decidió regresar a su isla natal. Allí fundó una escuela filosófica y sus discípulos aprendieron todas sus enseñanzas. Entre ellas, la necesidad de entender la armonía del universo y cómo el alma humana también necesita de un equilibrio para una vida plena.
La comunidad pitagórica se centró en cuatro ejes fundamentales: la búsqueda de la felicidad, el conocimiento del orden matemático de la naturaleza, la purificación del alma en su camino hacia la reencarnación y la pasión por la música (según Pitágoras la música podía curar enfermedades y al mismo tiempo servía para controlar las emociones). Hay que indicar que las escuelas pitagóricas se fueron extendiendo por el Mediterráneo y en algunos lugares no fueron bien acogidas.
En su larga vida se interesó por la fraternidad y la igualdad entre los hombres, el cuidado del cuerpo y la educación de los niños. Este hombre vivió hace 2500 años, pero sus ideales pueden servir de inspiración a cualquiera de nosotros.
Imágenes: Fotolia. Melastmohican – Golden_maya
Trabajo publicado en: Jun., 2017.
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