Importancia de la Resiliencia
Título de Profesora de Biología
Siendo la resiliencia una capacidad que influye en el control y manejo de los propios estados emocionales, concientizarse sobre la necesidad de cultivar esta cualidad es un primer paso hacia asumir un mayor cuidado de nuestro bienestar general, contribuye a: 1) reducir los niveles de estrés, ayudándonos a mantener la calma y pensar con claridad en los momentos de mayor presión;
2) asumir un mayor autocontrol, ejerciendo una toma de decisiones más asertivas al evaluar con objetividad los hechos y circunstancias;
3) establecer un criterio de pertinencia sobre las conductas y acciones;
4) reducir los efectos de las emociones negativas de angustia y ansiedad, evitando que tomen el control de las situaciones por nosotros;
5) amortiguar las experiencias traumáticas, guiándonos hacia una adecuada valoración y manejo del dolor y el sufrimiento; y 6) elevar el estado de autoconciencia y autoreflexión que sustentan al equilibrio emocional.
A lo largo de la vida nos enfrentamos a múltiples situaciones adversas a nuestros propósitos personales, fracasos en los proyectos y pérdidas dolorosas, bien sea como hechos inevitables o a consecuencia de nuestras propias acciones. Sea cual fuere la naturaleza y origen de las circunstancias negativas a las que estamos expuestos, la capacidad de adaptación y recuperación de las afectaciones psicoemocionales que nos imprimen, conocida como resiliencia, se convierte en la herramienta clave para fortalecer el carácter y asumir la actitud positiva necesaria para asumir el aprendizaje constructivo que nos permita sobreponernos y seguir avanzando.
Pese a ser una condición humana propia de cada quien, la resiliencia puede ser abordada también como un valor compartido en comunidad, organizaciones y sistemas, en cuyo caso el fomento de patrones culturales orientados hacia su promoción y desarrollo, permite la generación de dinámicas sociales más saludables con beneficios colectivos e individuales.
La tendencia a enfrentar la vida con un mayor optimismo gracias a la resiliencia, contribuye al desarrollo de una mejor calidad de vida y a tener un grado superior de satisfacción personal, incluso ante las desavenencias, ayudando al mantenimiento de una adecuada autoestima que también contribuye al bienestar mental en general.
El arte de convertir el fracaso en aprendizaje para el éxito
La transformación de los eventos negativos en una fuente de potenciales experiencias significativas de las que aprender, además de hacernos capaces de superar las dificultades con mayor eficiencia, nos permite cultivar la habilidad de persistir, reduciendo el margen al abandono y la desidia ante los obstáculos, asumiendo los desafíos como retos enriquecedores que fomentan el crecimiento personal y la autosuperación. Por ende, las personas resilientes presentan una mayor adaptabilidad al cambio, manteniendo un alto nivel de desempeño en el cumplimiento de sus labores, con una notable tendencia a establecer metas claras para el alcance de objetivos cada vez más exigentes que les permitan alcanzar el éxito que aspiran para sí mismos y quienes les rodean.
Incrementar el potencial resiliente
Esta promoción del deseo de autosuperación por parte de la resiliencia, se convierte en un elemento de inspiración para otros, siendo una herramienta poderosa en el desarrollo de liderazgos eficientes y la construcción de relaciones interpersonales más positivas, siendo que la persona con alto nivel de resiliencia incrementa también su capacidad de ayudar y ofrecer el apoyo necesario para la generación de soluciones a problemas comunes en su entorno.
Como toda habilidad personal, la resiliencia puede verse estimulada mediante una adecuada educación y capacitación, marcando el contexto social, cultural y los patrones de creencias una pauta considerable sobre ello, sin embargo, puede ser asumido el desarrollo de esta cualidad como parte de las fortalezas que hemos de alimentar a lo largo de la vida, tomándose acción consciente de su necesidad en cualquier momento y con el apoyo de recursos concretos como: 1) la participación en programas formativos que enseñen habilidades para el abordaje y resolución de problemas; 2) el acceso a servicios de orientación psicológica, terapias y asesorías personales o grupales enfocadas en el área; 3) la generación de redes de apoyo social, relaciones familiares, sociales y amistades, con personas que compartan el mismo deseo de autosuperación y permitan un adecuado nivel de empatía y solidaridad; y 4) la adopción de hábitos personales hacia el cuidado personal y de la salud, así como de organización y planificación de las actividades.
Art. actualizado: Agosto 2024; sobre el original de mayo, 2015.
Referencias
AA, V. (2013). Manual de resiliencia aplicada. Editorial Gedisa.Bermejo, J. C. (2013). Resiliencia (Vol. 35). PPC Editorial.
Cyrulnik, B. (2013). Los patitos feos: La resiliencia. Una infancia infeliz no determina la vida. DEBOLS! LLO.
Kotliarenco, M. A., Cáceres, I., & Fontecilla, M. (1997). Estado de arte en resiliencia. Organización Panamericana de la salud.
Schneider, B. (2006). Resiliencia. Editorial Norma.
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