Importancia de los Sacramentos
Los sacramentos son la forma en que los creyentes expresan su relación con Dios. Para los cristianos, es la forma en que Dios otorga la vida divina, ofreciendo al creyente de ser hijo de Dios. Según la creencia o iglesia que se profesen así se reconoce más o menos sacramentos. En la iglesia católica, ortodoxa y copta se reconocen siete. En la Iglesia anglicana sólo se aceptan dos más la Cena del señor; en el luteranismo tres y en la iglesia presbiteriana dos.
Si lo vemos desde el punto de vista católico, los sacramentos son: el bautismo, eucaristía, la confirmación, la penitencia, la unción de los enfermos, la orden sacerdotal y el máximo. Con el bautismo se elimina el pecado original y nos convertimos en hijos de Dios. A través de la eucaristía recibimos el cuerpo de Cristo y su sangre. Con la confirmación, expresamos a toda la comunidad nuestra confirmación en la fe cristiana. Mediante la penitencia nos confesamos y nos arrepentimos de los pecados que hayamos cometido y nos sometemos a una penitencia impuesta por el sacerdote. A través de la unción de los enfermos nos ocupamos de nuestros ancianos, elementos esenciales de la comunidad.
La orden sacerdotal está dirigida a las personas, en este caso hombres, que quieran entrar en la jerarquía de la Iglesia. Finalmente, el matrimonio, en el concepto católico es la unión de un hombre y la mujer, hace que los dos contrayentes se conviertan en un solo cuerpo y espíritu. Es importante señalar que estos sacramentos difieren de una iglesia a otra. Ejemplo de ello es que el sacerdocio en la iglesia anglicana puede ser ejercido mujeres también.
Si bien es cierto que los sacramentos expresan de alguna manera la necesidad de la unión del hombre y la mujer con Dios, hay que ser consciente de que finalmente todo es cuestión de fe. Tenemos que tener presente que han sido los hombres los que han escrito la supuesta palabra de Dios y que, de alguna manera, lo que Dios quiso decir a los cristianos y el hijo de Dios también, puede haber sido tergiversado, por lo que la hace también ser un elemento muy importante para aceptar estos escritos y por extensión, los mismos sacramentos.
Lo que está claro, es que cualquier persona que profese una religión, acepta una serie de preceptos, entre ellos los sacramentos, y convive con ellos durante el resto de su vida o durante el tiempo que siga teniendo esa fe.
Trabajo publicado en: Ene., 2014.
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