Definición de Lenguas Romances
Las lenguas tienen un cierto parecido con los seres vivos, pues nacen en un momento determinado y a lo largo del tiempo van desarrollándose y evolucionando. En este proceso de transformación algunas lenguas se extinguen o bien se transforman.
El latín es el origen de las distintas lenguas romances
Las lenguas romances, denominadas también lenguas románicas o lenguas neolatinas, conforman una familia lingüistica, pues todas ellas tienen un mismo origen, el latín. Las principales lenguas pertenecientes a esta familia son las siguientes: español, italiano, francés, portugués, catalán o rumano.
Las estructuras gramaticales de todas ellos tienen notables semejanzas, ya que derivan del latín.
– La palabra januarius en portugués es janeiro, en italiano gennaio, en francés janvier y en español enero.
– El adjetivo bonum en latín, se convierte en bueno en español, buono en italiano y bon en catalán.
– En francés vecino es voison, en portugués vizinho y en catalán veí.
Las semejanzas entre las diferentes lenguas románicas son de todo tipo, pues comparten el alfabeto, similitudes léxicas y características gramaticales (la concordancia gramatical entre los sustantivos y los adjetivos es otra de las características compartidas de las lenguas románicas).
La mayoría de etimologías de las diferentes lenguas romances provienen del latín y, en menor medida, del griego. En este sentido, hay que tener en cuenta que la civilización romana se fundó en los valores y las tradiciones de la cultura griega.
De la expansión del latín al surgimiento de las lenguas romances
La civilización romana extendió sus vastos dominios por el Mediterráneo. La presencia militar fue acompañada de la expansión cultural en amplios territorios. De esta manera, el latín se convirtió en el principal vehículo de comunicación en la cuenca mediterránea.
Cuando los romanos se mezclaron con los pueblos nativos de la península ibérica se produjo un proceso de dominación y, paralelamente, de intercambio cultural. Los habitantes de Hispania fueron aprendiendo la lengua de la civilización dominadora, el latín.
Sin embargo, su forma de hablarlo era peculiar, pues hubo una fusión entre los idiomas nativos originarios y el latín.
Esta forma de hablar se conocía como latín vulgar y se extendió por Hispania
Así, el latín en su versión vulgar es el origen remoto del español y de las distintas lenguas romances.
Mientras los pueblos sometidos se comunicaban en un latín vulgar, una minoría de la población utilizaba el latín culto. Esta versión se empleaba también en la escritura, pero cuando desapareció el Imperio Romano se inició un lento proceso de declive del latín culto. De esta manera, hacia el año 1000 en la península ibérica ya se hablaba y se escribía el español en su versión antigua.
Foto: Fotolia – Aytuncoylum
Trabajo publicado en: Ago., 2018.
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