Se entiende por permuta al contrato o acción legal mediante la cual se arregla el paso del poder que una persona puede tener sobre determinado objeto o servicio hacia otro sobre el cual otra persona tiene poder.

Intercambio de bienes entre dos personas en la que cambian posesiones

La noción de permuta se aplica casi de modo exclusivo (pero no excluyente) para hacer referencia a transacciones y operaciones inmobiliarias y es por esto que, como tal, el contrato de permuta tiene un sistema de reglas, lenguajes y modos preestablecidos a seguir por quienes lo lleven a cabo.

En otras palabras, la permuta es el intercambio de bienes o posesiones entre una persona y otra; es el paso de los mismos entre dos personas, instituciones o entidades.

Aplicaciones

Un ejemplo de un acto de permuta sería el cambio de dueños de un departamento: aquel que pasa a poseerlo entrega un inmueble de igual calidad o valor a aquel que se deshace del primero. En algunos casos, para equiparar la diferencia de nivel o costo entre un bien y otro la acción de permuta puede tolerar que se realice el intercambio y se complete el valor restante en dinero, pero siempre y cuando éste no supere al total del valor del objeto intercambiado. Por ejemplo, cuando se realiza una permuta entre una persona que posee una casa de un millón de dólares y una de ochocientos mil dólares, se podrá completar lo que falta (doscientos mil dólares) en efectivo.

Normalmente, los contratos de permuta establecen que ambas partes contratantes deben comprometerse a entregar las propiedades o bienes, así como también a declarar las deudas y pagar lo restante a modo de no hacer responsable al futuro dueño de los mismos, como finalmente pagar y solventar los gastos impositivos y de operación que tales acciones suponen. La permuta siempre supone un acto de común acuerdo o de mutuo consentimiento entre las partes.

Una actividad milenaria

Tradicional e histórica, la permuta, ha sido el método de intercambio que usaron los seres humanos más primitivos, luego, con el advenimiento del dinero la cuestión se sofisticaría, pero debemos decir que en la antigüedad la permuta era una acción muy habitual entre las personas.

Cuando el concepto de dinero como lo conocemos no se había desarrollado aún, los comerciantes llevaban a cabo su actividad a través del trueque, un individuo le entregaba a otro aquello que éste necesitaba y al mismo tiempo el primero recibía como pago algo que le hacía falta.

De esta manera un artesano le entregaba a quien producía alimentos aquellos elementos que fabricaba y el productor le pagaba con el alimento que este necesitaba.

Con el correr del tiempo, este tipo de intercambio comenzó a evidenciar complicaciones porque en algunos casos había sustanciales diferencias de valor o de características de los productos que se permutaban, entonces, se creó el dinero para subsanar estos problemas y equilibrar las cosas.

Así es que las personas dejaron de lado el trueque y optaron por colocarle un valor a sus productos o bienes y esperar a que un comprador pague por los mismos. Luego, el dinero recibido se utilizaría para comprar otros bienes.

Ahora bien, debemos destacar que la permuta jamás desapareció, se corrió sí del rol protagónico que supo ostentar en el pasado más remoto pero no nos abandonó en lo más mínimo y por caso hoy es posible apreciarla en este mundo globalizado y tan avanzado…

En contextos de crisis económica la permuta suele revivir y se convierte en la principal vía de intercambio de bienes y servicios necesarios entre las personas.

Por otra parte, en el mundillo de las antigüedades también es habitual la permuta. Aquel que dispone de un determinado objeto que sabe que es valioso, puede cambiarlo por otro, normalmente por un modelo mejorado o símil, o por otra cosa que esté necesitando.