Definición de Pintura de Género
En el mundo del arte el término pintura de género hace referencia a la representación de escenas de la vida cotidiana, como tareas domésticas, naturalezas muertas o cualquier temática que represente la realidad tal y como es.
Esta corriente pictórica ha existido desde los tiempos más remotos, pues las escenas costumbristas ya aparecen en el arte del Antiguo Egipto y en la pintura Griega y Romana. Sin embargo, la pintura de género adquirió su mayor época de esplendor en el siglo XVll en los Países Bajos.
Rasgos de la pintura de género
El pintor reproduce de manera realista la vida cotidiana en su verdadera esencia. En este sentido, el pintor actúa como un fotógrafo que deja un testimonio de una escena corriente, como una fiesta popular o una imagen familiar.
En la historia del arte, la pintura de género ha sido considerada como una corriente de menor relevancia que otras. Así, la pintura de temática histórica, religiosa o con un mensaje mitológico ha tenido un mayor reconocimiento artístico.
A partir del siglo XVll las escenas con personajes corrientes adquieren un mayor protagonismo. Estas obras pueden tener dos planteamientos: dejar constancia de una realidad social o bien trasmitir un mensaje alegórico que va más allá de las apariencias.
La pintura de género tiene un valor testimonial, pues a través de ella podemos conocer los problemas sociales, la vida cotidiana o las distintas formas de ocio de un época.
Ejemplos de la pintura de género
El pintor flamenco Jan van Eyck nos muestra en su obra «El Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa» a una pareja en el momento de contraer matrimonio. Ambos aparecen retratados en primer plano y en el fondo se observan objetos de la vida cotidiana.
Jerónimo Bosch, más conocido como El Bosco, fue uno de los primeros artistas en pintar escenas de la vida corriente. En su obra «El vendedor ambulante» aparece un personaje de baja extracción social.
El español Diego Velázquez también representó escenas mundanas. Un ejemplo de ello es su obra «El aguador de Sevilla», en la que un viejo aguador ofrece una copa de cristal a un adolescente.
En el óleo sobre tabla «La parábola de los ciegos» del pintor flamenco Pieter Brueghel aparecen seis hombres ciegos que van caminando en fila. La mayoría de historiadores del arte sostienen que esta pintura hace alusión a un pasaje bíblico en el que Jesucristo se refería simbólicamente a los ciegos que acompañan a otros ciegos y que finalmente provocan una desgracia.
Foto: Fotolia – Juulijs
Trabajo publicado en: Oct., 2017.
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