Importancia del Plexo Cervical

Título de Profesora de Biología
Entre las vértebras cervicales, al inicio de la columna vertebral, se encuentra una red de nerviosa de la cual surgen una serie de nervios dispuestos en pares, rindiendo honor a la simetría bilateral que caracteriza a todo animal vertebrado y cuya existencia está ampliamente justificada por una serie de funciones complejas, que más adelante serán desglosadas, pero que en términos generales rinden posible: 1) la transmisión de información sensorial entre el cerebro y la parte superior del cuerpo, incluyendo las extremidades superiores; 2) la generación y control del movimiento de toda el área superior del cuerpo tanto los procesos de motricidad gruesa como los de la fina; y 3) el control del sistema parasimpático que rige las funciones autónomas que nos mantienen con vida.
Funciones primordiales en la primera mitad del cuerpo
El nervio principal que surge del plexo solar en su cuarta vértebra es el nervio Frénico, cuya esencial función es la de controlar el movimiento del diafragma como músculo principal de la actividad respiratoria, al cual contrae para producir la inspiración del aire mediante la expansión de los pulmones y viceversa, en una frecuencia armoniosamente intercalada cuyo ritmo hace variar según el requerimiento de oxígeno que demande el cuerpo, y todo de manera automática e independiente al estado de consciencia, pero sobre el que tenemos la disponibilidad de influir conscientemente, para aprovechar los beneficios también de una respiración intencionada, pausada y profunda.
El complejo control de los movimientos de la cabeza y el cuello, que nos permite desarrollar el lenguaje expresivo del rostro, es posible gracias a la red de nervios que se derivan de la médula espinal, rodeando cabeza y cuello, como en el caso del nervio trigémino, y ocupándose cada para en un determinado grupo de funciones y músculos específicos. Esta misma separación por sectores definidos del cuerpo para cada nervio, ha servido para la optimización de las funciones motoras y sensoriales, permitiéndonos disfrutar de una muy amplia capacidad de captación, interpretación y reacción ante estímulos, tanto externos como internos, muy diversos y de una compleja motricidad que nos habilita a desarrollar una precisión extraordinaria.
Procesos como la deglución de los alimentos y la fonación que nos dota de la capacidad de emitir los sonidos del habla, son posibles tan solo por la existencia de los nervios faríngeos que controlan el comportamiento de los músculos que se encuentran en las regiones de la faringe y la laringe, evitando también el acceso a líquidos, sólidos y cuerpos extraños varios, hacia el interior de los pulmones.
Los pares nerviosos que nos controlan
Desde la primera vértebra cervical, hasta la primera toráxica, el plexo cervical extiende hacia la parte superior del cuerpo una serie de pares nerviosos, con algunas otras funciones específicas como:
1) la motricidad y sensibilidad del cuello por parte de los nervios cervicales posteriores, ramificados desde el segmento C1-C4;
2) el control de fonación y deglución de los nervios faríngeos, derivados de ese mismo sector;
3) la conferencia de la sensibilidad táctil de la región superior del cuello y lateral de la cabeza, por el nervio cutáneo cervical transverso que surge entre la segunda y la tercera vértebra cervical;
4) la sensibilidad táctil en hombros y clavículas, posible por la inervación del nervio supraclavicular que parte entre la tercera y la cuarta vértebra;
5) el movimiento y la sensibilidad en músculos y piel de los brazos, antebrazos y manos, por los nervios del plexo branquial, el cual se origina por los nervios ramificados entre las vértebras C5 y T1 del plexo cervical, dando continuidad a la necesaria red nerviosa que transita por todo el cuerpo otorgándole la autonomía e independencia que permite a los organismos desenvolverse como individuos.
Cuidados del cuello
La detección de estímulos como los dolorosos, táctiles y térmicos, sin menospreciar las funciones de la motricidad ocular y la capacidad sensitiva del gusto y el olfato, constituyen las fuentes primordiales de obtención de información sobre el entorno y los factores de riesgo o satisfacción que podamos necesitar para sobrevivir, esto, aunado al control del equilibrio y las funciones autónomas del organismo, confieren a la región del cuello una especial importancia que solemos menospreciar, pese a que las lesiones en esta área representan una fuente de peligrosas alteraciones anatómicas y fisiológicas que trastornan el normal funcionamiento de todo el resto del cuerpo, con problemas que pueden ir desde simples, pero dolorosas disfuncionalidades motoras en el propio cuello, cara o cabeza, así como de las extremidades superiores, pasando por alteraciones de la percepción o el sostenimiento del control de la respiración y el latido del corazón, hasta llegar al extremo de la parálisis motora e insensibilidad total del cuerpo, por lo que se hace indispensable desarrollar conciencia plena sobre la importancia de desarrollar hábitos saludables, por medio del mantenimiento postural adecuado y la ejercitación intermitente entre los largos períodos de inmovilidad, como al desempeñar trabajos de oficina, que permitan mantener la movilidad adecuada de las vértebras cervicales y ayuden a liberar las tensiones excesivas que congestionan a esta sensible área del cuerpo.

Trabajo publicado en: Abr., 2025.
Referencias
Pró, E. A. (2014). Anatomía clínica (pp. 750-751). Médica Panamericana.Sobotta, J. (2006). Sobotta atlas de anatomía humana. Ed. Médica Panamericana.
Tortora, G. J., Derrickson, B., Tzal, K., de los Ángeles Gutiérrez, M., & Klajn, D. (2002). Principios de anatomía y fisiología (Vol. 7). OXFORD University press.
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