Definición de Santa

Tradicionalmente, se utiliza el adjetivo ‘Santa’ para calificar a aquellas mujeres que en la historia de la religión cristiana han demostrado mantener una relación directa con Dios y con sus mandamientos. Claramente, la palabra santa es la equivalente de santo y es sin dudas muy importante para la religión mencionada ya que encontramos numerosos ejemplos de santas mujeres que generaron milagros o que dedicaron su vida al servicio a Dios.

Una de las características más elementales de cualquier mujer santa es el hecho de haber alcanzado el grado de beatitud, lo cual se logra luego del correspondiente proceso de canonización. Este proceso implica que la autoridad máxima de la Iglesia, el Papa, establece que la mujer en cuestión puede ser digna de integrar el culto universal de la religión y transformarse así en representante de Dios en cualquier parte del mundo.

Siempre para que una mujer o un hombre lleguen al nivel de santa y santo respectivamente, debe poder comprobarse una vida de plena devoción a Dios y a su hijo, Jesucristo. Esta devoción puede hacerse presente a través de obras solidarias, de la elección de una vida recluida y dedicada al Señor, o de la defensa de los valores cristianos en situaciones en las cuales hacerlo implica un riesgo para la vida (convirtiéndose estos últimos personajes entonces en mártires de la Iglesia).

Normalmente, tanto los santos como las mujeres santas son para el catolicismo el escalón anterior al contacto con Dios, razón por la cual muchos miles de creyentes recurren a ellos para pedir ayuda o sostén como también para agradecer y pedir perdón.

Entre las santas más conocidas de la religión cristiana debemos mencionar a Santa Ana, Santa Isabel, Santa Brígida, Santa Cecilia, Santa Genoveva, Santa Teresa, Santa Lucía, Santa Mariana, Santa Rita, Santa Rosa, Santa Susana y, por supuesto, Santa María con todas sus diversas representaciones.