Definición de Agnus Dei (Cordero de Dios)
Las palabras Agnus Dei significan «Cordero de Dios» y para entenderlas hay que contextualizarlas dentro de la tradición del Cristianismo.
El cordero en la simbología, el arte y la liturgia cristiana
En el arte cristiano del periodo paleocristiano y medieval el cordero es algo más que un simple animal, pues representa simbólicamente a Jesucristo. En este sentido, una de las referencias bíblicas en las que Jesucristo es descrito como el «Cordero de Dios» aparece en el episodio del bautismo de Jesucristo en el río Jordán, en el que Juan el Bautista dice expresamente «he aquí el Cordero de Dios» (Juan 1, 25-37). Siguiendo esta tradición San Pablo se refiere a Jesucristo como «nuestro cordero pascual». En la liturgia se menciona igualmente, concretamente cuando se alude al «Cordero que quita los pecados del mundo» (Juan 1, 29-36).
Así mismo, durante la Edad Media la imagen de Jesucristo resucitado tenía la apariencia de un cordero. No hay que olvidar, por otra parte, que en los textos sagrados del judaísmo un cordero es sacrificado durante la Pascua Judía.
Si bien el cordero es una de las formas para representar a Jesucristo, al mismo tiempo representa el concepto de virtud, pues se trata de un animal manso y esta característica hace que sirva como modelo idóneo de lo que debería ser el ser humano con respecto a Dios, es decir, alguien humilde que se deja guiar por el Creador. Por otra parte, hay que tener en cuenta que los hebreos se dedicaban principalmente al pastoreo y, por lo tanto, los corderos necesitaban a un pastor; una circunstancia que es extrapolable a la relación entre la humanidad (el rebaño) y Jesucristo (el buen pastor).
El mundo animal en la Biblia y en la tradición cristiana medieval
En la Biblia los animales son utilizados para expresar ideas y son muchos los ejemplos que ilustran el binomio animal-idea en los evangelios (el ejemplo de la serpiente simbolizando el mal en el pasaje sobre el paraíso terrenal es el más conocido). Por otra parte, hay que indicar que en la Biblia se habla de animales puros e impuros, es decir, los que se pueden comer y los que no. Entre los primeros, podemos destacar el asno, el cordero y algunas aves. Entre los impuros se encuentra el cerdo, la liebre o el camello.
El protagonismo de los animales en la tradición cristiana se mantuvo en la Edad Media, especialmente a través de los bestiarios medievales, un género literario en el que el mundo animal se convierte en una alegoría para reflexionar sobre los valores humanos.
Fotos: Fotolia – jorisvo
Trabajo publicado en: Sep., 2016.
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