Definición de Literario

Indira Ahmed Fernández
Licenciada en Letras Hispánicas

1. Cualidad asociada al ámbito de la literatura.

2. Propiedades literarias que se identifican en un texto. Ejemplos: figuras retóricas, final abierto o cerrado, rima, etc.

Locución

Género literario (s.m.). Categorías y sub-categorías que permiten organizar los tipos de obras. Ejemplos: dramático, lírico y narrativo.

Lenguaje literario (s.m.). Manejo inteligente y pensado de las palabras para la creación narrativa o poética de una obra.

Movimiento literario (s.m.). Novedoso estilo caracterizado por la impronta de los autores de la época y la tendencia a desarrollarlo. Ejemplos: neoclasicismo, realismo, romanticismo, surrealismo, etc.

Traducción literaria (s.f.). Mantiene las ideas originales utilizando otros términos, a diferencia de una traducción literal en la que se trata de respetar cada palabra.

Etimología: Por el latín litterarius, respecto de littĕra, por ‘letra’, y el sufijo -ario, en la forma latina -arius..

Cat. gramatical: Adjetivo. Forma fem. en literaria.
En sílabas: li-te-ra-rio.

Literario

Lo literario no es más que, de forma muy simplificada, aquella característica que se reconoce en los textos literarios, en propiedad de adjetivo. Por su parte, el término literatura, en sí mismo, no es más que el nombre genérico dado por la humanidad a un dominio de objetos, construidos con signos lingüísticos y con una función comunicativa determinada.

En fin, lo literario es el signo de la literatura. Es el signo visible (o perceptible) de las manifestaciones lingüísticas con función estética. Lo literario consta de belleza en la expresión, usa el lenguaje denotativo de forma más frecuente y trabajada. Por ello, en la historia de la literatura, no todos los textos son considerados obras literarias, sino aquellos que contienen en sí ese lenguaje embellecido por recursos literarios.

Historia del concepto

La palabra literatura viene del término latino litterae (plural), asociado al griego grammatica. El singular significa “letra”, por lo que su plural recoge todo lo relacionado con el encadenamiento de signos para formar textos.

En sus inicios, lo que hoy conocemos como literatura, o sea, que tiene valor literario, era recogido como poesía, llamando a la prosa en su forma artística elocuencia. Esto se debía a los usos artísticos y embellecedores del discurso, como el lenguaje connotativo, que se usaban y que venían definidos y descritos por la obra de Aristóteles. Describía, en sentido general, a la cultura que poseía alguien de letras: un letrado.

Es en la segunda mitad del siglo XVIII cuando se da el gran cambio y el término pasa de considerar a los hombres de letras, para englobar a la “actividad de las letras” y el producto resultando, conocido hoy como producto literario. Por esta época, además, se considera circunscrito dentro de un ámbito geográfico, limitando su referencia solo a la literatura de un país: literatura española, literatura alemana, literatura francesa, etc.

Poco a poco se va transformando, para emplearse en alusión al fenómeno literario en general, no ya circunscrito a una literatura nacional particular, aunque puede escucharse el uso de la identificación geográfica para referirse al producto de un país. Esta noción se va hacia la idea de creación estética, como una categoría intelectual y forma particular del conocimiento.

Características

De acuerdo con las ideas plateadas por Aristóteles, la obra literaria tiene funciones determinadas y, sobre todo, la posesión de lo estético. Además, reflexiona sobre una de las funciones extra-estéticas más interesantes del discurso poético: la catarsis. Esta es aceptada como el efecto purificador de los sentimientos y las emociones que experimenta el espectador ante las representaciones teatrales. Aunque el teatro está considerado como género literario en la teoría aristotélica, vale aclarar que es eminentemente literatura su representación escrita, ya que lo teatral, la manifestación escénica, no está siempre plasmada en la literatura y cuenta con especificidades que vienen de la interpretación y puesta en escena del director que lo adapte.

En toda la creación literaria se pueden reconocer características fundamentales, que diferencian su lenguaje del lenguaje corriente. Estas son:

Valor gramatical, de construcción o sentido lógico: evidentemente el lenguaje literario cuenta con valor gramatical, puesto que es con signos lingüísticos que se construye. Exceptuando ciertas manifestaciones vanguardistas, la obra literaria cuida el buen uso de las estructuras dictadas por la norma culta gramatical.

Valor fonético, de sonido y ritmo: la obra literaria se cuida igualmente de no caer en vicios del lenguaje, también respecto al sonido. Esto se puede apreciar sobre todo en la poesía, que usa la rima muchas veces como elemento fundamental; pero de igual forma puede verse en la prosa, ya que se busca que no haya cacofonías o repeticiones innecesarias, para hacer más bello el producto.

Valor estilístico, de emoción y calidad espiritual: este podría ser, sin dudas, el más relevante de los valores de lo literario, puesto que, si no hay intención estética, no habrá arte.

Lo que diferencia radicalmente el lenguaje corriente del literario, es el uso deliberado del lenguaje connotativo, la intención explícita de dotar de belleza y perfección la expresión corriente, con el propósito artístico que caracteriza lo literario. De cualquier modo, dentro de la literatura pueden encontrarse tipos –como el ensayo o la biografía– que cuentan con formas intermedias en cuanto al lenguaje.

Recepción

La recepción de la obra literaria se materializa en la lectura. Es necesaria la existencia de un lector para que esta se manifieste por completo y cumpla su función comunicativa y estética. El proceso de lectura, contrario a lo que pueda parecer, no es pasivo, es muy activo y dinámico.

Esto se debe a que cada lector cuenta con un cúmulo de conocimientos previos, un saber, que le permite interpretar y recibir la obra de acuerdo con estos. Esta condición puede traer, en la lectura de ciertas obras y bajo determinadas circunstancias, tropiezos y dificultades para un lector no preparado correctamente. Un ejemplo es la lectura de la novela “Rayuela”, que de acuerdo con sus estructura narrativa y la cantidad de referencias culturales que contiene, puede ser difícil de leer.

Cada generación recibe una obra literaria del pasado de formas diferentes y basándose en tres factores: sus propias doctrinas y la producción literaria de su época, la producción del intervalo que va desde el momento en que se escribió la obra y su momento presente, y todas las interpretaciones sucesivas de la misma. Por ello el proceso de lectura también requiere cierta preparación por parte del receptor, sin el cual no es posible completar y concretar la actividad literaria.

 
 
 
Por: Indira Ahmed Fernández. Licenciada en Letras Hispánicas. Cursante de MBA en la Universidad de Guadalajara, México. Desempeño en el ámbito de medios de comunicación y la enseñanza, en las áreas lingüísticas y literaria, además de metodología de la investigación e idiomas. Investigación en lexicología, sociolingüística y teatro.

Art. actualizado: Julio 2022; sobre el original de marzo, 2010.
Datos para citar en modelo APA: Ahmed Fernández, I. (Julio 2022). Definición de Literario. Significado.com. Desde https://significado.com/literario/
 

Referencias

Dávila, J.: La literatura según Foucault; un sendero hacia otra experiencia del pensamiento.

Henríquez Ureña, C.: Invitación a la lectura.

Irigoyen, E.: Curso de teoría literaria. Historia del concepto de literatura.

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