Definición de Alcohol
M.C. en Ingeniería y Física Biomédicas
Un alcohol es un compuesto orgánico que contiene un grupo hidroxilo (-OH), donde el oxígeno se encuentra unido a un carbono, que, a su vez, tiende a formar parte de un esqueleto mayor de carbonos. Etimológicamente, la palabra alcohol proviene del árabe al-kuhl que antiguamente significaba “el polvo”, y después “la esencia”. En términos de alquimia, el etanol, alcohol que se encuentra en bebidas alcohólicas, era llamado “esencia de vino” pues se obtenía después de calentar esta bebida y condensar el vapor desprendido a cierta temperatura.
Dentro de la química orgánica, los alcoholes son una familia que abarca diferentes estructuras, que pueden ser lineales, de anillos o mixtas. Los más conocidos son, el metanol, que se utiliza como combustible y disolvente, el etanol, propio de las bebidas fermentadas, medicamentos y algunos productos de higiene personal y el isopropanol, desinfectante para heridas. Cada uno de estos compuestos contienen en su estructura uno, dos y tres átomos de carbono, respectivamente.
Las normas de la nomenclatura oficial (IUPAC) designan a este grupo de compuestos con el prefijo propio del número de carbonos en la estructura seguido de la terminación -ol, (por ejemplo, metanol, etanol, isoporpanol). Mientras que el nombre común para los alcoholes se designa anteponiendo la palabra “alcohol” al nombre común del grupo alquilo, así, alcohol metílico, etílico e isopropílico serán los nombres comunes de los compuestos con uno, dos y tres carbonos, antes mencionados. También, existen alcoholes que contienen más de un grupo hidroxilo, como los glicoles, con dos terminaciones -OH, tienen una amplia aplicación como líquidos anticongelantes (etilenglicol).
Propiedades, ámbitos de uso y métodos de obtención
En cuanto a las propiedades físicas de los alcoholes, su similitud con la composición del agua, que también contiene átomos de oxigeno e hidrogeno, les permite formar puentes de hidrógeno. Este tipo de interacciones intermoleculares fuertes hace que un alcohol con el mismo número de carbonos que un alcano, por ejemplo, pueda mantenerse en estado líquido a temperatura ambiente. El punto de ebullición de los alcoholes más comunes se encuentra entre los 65 y los 290°C. Además, tienen propiedades de solubilidad parecidas a las del agua, pues tienden a ser polares, siempre y cuando el esqueleto hidrocarbonado no supere los cuatro carbonos, después de esta cantidad su comportamiento se torna apolar y pueden fungir como solventes orgánicos.
Los alcoholes se obtienen a partir de diferentes métodos. Por lo general, si se desea elaborar una bebida alcohólica se recurre a la ruta de la fermentación, de granos o frutas. También, es posible aislar alcoholes a través de procesos de destilación a partir de compuestos volátiles, como aceites derivados de plantas. A nivel laboratorio, y en otros procesos industriales más especializados, los alcoholes se sintetizan a partir de otros compuestos como alquenos lineales, haluros de alquilo, cetonas y aldehídos. También es posible convertir al grupo hidroxilo en los alcoholes en otro grupo funcional deseado a través de reacciones de sustitución, deshidratación, esterificación y oxidación, entre otras.
En la industria alimenticia, algunos alcoholes son frecuentemente utilizados como edulcorantes artificiales, algunos de ellos son eritritol, el xilitol, el sorbitol y el malitol, típicos en productos etiquetados como “sin azúcar”. La razón de este sabor característico que los designa como “alcoholes de azúcar” es su similitud con las moléculas de azúcar, como la glucosa o el azúcar de mesa, que contienen en su estructura múltiples grupos hidroxilo, además de otros grupos orgánicos. Estos alcoholes de azúcar que se utilizan como edulcorantes, aunque aportan calorías, no contribuyen a elevar el porcentaje de glucosa en sangre, es por eso que son recomendables para personas que viven con diabetes.
Por otro lado, en su interacción con organismos biológicos, los alcoholes actúan como sustancias psicoactivas, es decir, una vez dentro del organismo tienen un efecto sobre el sistema nervioso. En particular en los humanos, se ha demostrado que el alcohol actúa como depresor del sistema nervioso central, haciendo más lenta la actividad cerebral con efectos visibles en el estado de ánimo, coordinación y control físico. La razón de que el efecto del alcohol en el cuerpo sea tan rápido, es que se absorbe muy rápido por el intestino delgado, distribuyéndose de manera libre a través del cuerpo. Después, 90% del alcohol será metabolizado por el hígado y de un 2-5% será excretado. Una cantidad elevada de alcohol en la sangre significa una carga metabólica considerable que a la larga creará problemas de salud.
En conclusión, los alcoholes son de los compuestos orgánicos con más presencia en nuestra vida cotidiana, con una amplia gama de aplicaciones en diferentes ramas de la industria, como la farmacéutica, cosmética, alimenticia y de solventes. El estudiarlos y conocer sus características estructurales, propiedades fisicoquímicas e interacción con el organismo, nos permite clasificarlos, moldearlos y descubrir nuevas aplicaciones, así como elevar la eficiencia de las rutas y procesos de obtención.
Art. actualizado: Sep. 2023; sobre el original de septiembre, 2010.
Referencias
Wade, L. G. (2011). Química orgánica (7a. Ed.). México: Pearson- Prentice- Hall Hispanoamérica.Paton A. (2005). Alcohol in the body. BMJ (Clinical research ed.), 330(7482), 85–87.
Wade, L. G. (2023, August 8). Alcohol. Encyclopedia Britannica.
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