Definición de Antónimo

El antónimo puede ser definido simplemente como una palabra que se opone en términos de significado a otra y que se usa para expresar lo completamente contrario a lo que expresa la primera. Obviamente, para que se dé la existencia de un antónimo (o el concepto mismo de antónimo), tiene que existir una palabra previa sobre la cual se aplique esa idea contraria. A diferencia de otros términos, el antónimo puede no expresar una idea negativa (como podría ser el caso de adjetivos del estilo ‘bueno’ y ‘malo‘) si no simplemente establecer oposición entre uno y otro (por ejempo, en el caso de ‘hombre’ y ‘mujer’).

Como es de suponer, los antónimos se establecen de manera binaria, es decir, que tiene que haber dos términos o conceptos que se puedan oponer. Al mismo tiempo, esta oposición supone que el término no es lo que representa el contrario, por ejemplo, en el caso de ‘joven’ y ‘viejo’, manteniéndose así la disparidad entre ambos y la imposibilidad de que en alguna circunstancia o excepcionalidad del lenguaje la oposición pueda desaparecer.
Es importante señalar aquí que no todos las palabras tienen un antónimo específico (tal es el caso de sustantivos referentes a especies animales o vegetales a los cuales sólo se les aplica el opuesto de género). Muchos otros antónimos se forman por la simple negación de la palabra (por ejemplo, cómodo-incómodo).

De acuerdo a los expertos de la semántica, puede haber diversos tipos de antónimos que se caracterizan por determinados rasgos. En primer lugar encontramos a los antónimos complementarios, aquellos que se complementan unos a otros y que son absolutamente opuestos entre sí y no con otros. Estos antónimos se eliminan uno al otro ya que la presencia de uno impide la del otro. Por ejemplo: mortal e inmortal.

Por otro lado están los antónimos graduales que son oposiciones de diverso grado y que pueden aplicarse de manera combinada unos a otros, por ejemplo gordo-flaco (puede haber varios grados entre gordo y flaco). Finalmente, los antónimos recíprocos son aquellos que requieren un tipo específico de palabra que supone una relación o vínculo entre los dos antónimos que forman la pareja, por ejemplo amigo-enemigo.