Definición de Bendición

La palabra bendición es el término que empleamos para designar a aquella expresión de deseo de tipo bondadoso que se le profesa a una persona o a un grupo con la clara intención que tal deseo se le cumpla efectivamente. “Ojalá que te vaya excelentemente bien en el examen de esta tarde.”

Manifestación de deseo que se le dirige a alguien y que pretende que el deseo que persigue se le cumpla

Cabe destacar que la bendición es un deseo que en nuestra cultura ostenta una especial presencia y significado porque sobre él se depositan buenos augurios para quienes más amamos.

El augurio de buena ventura casi siempre procede de aquel al cual se le atribuye un don especial a la hora de hacer que esos deseos o planes se cumplan finalmente.

La bendición de objetos y de lugares es muy común, además de la de personas, y muchas veces está asociada al comienzo de una nueva etapa en un lugar o espacio nuevo.

Generalmente se hacen en nombre de una divinidad y se toma como un clarísimo acto de fe.

Esperar las bendiciones de los seres queridos para continuar los planes

Entre los padres y los hijos, especialmente de los primeros a los segundos, suelen hallarse muy presentes las bendiciones, ya que es común que los hijos esperen las bendiciones de sus padres en aquellas actividades o proyectos importantes que encaren en sus vidas.

Hay personas que no son capaces de llevar adelante un proyecto o plan si no cuentan con la bendición de sus padres o de aquella persona que tienen como referente.

Obviamente esto es una cuestión muy subjetiva pero es corriente de apreciarla en nuestra cultura, aquel que espera recibir de una persona importante para él que lo bendiga en aquello que se propone realizar.

Antaño era muy habitual que los novios antes de casarse o de avanzar con el proyecto del casamiento buscasen la bendición de sus correspondientes padres para dar ese paso fundamental en sus vidas personales.

Cabe destacarse que esta costumbre ha pasado a quedar obsoleta en la sociedad de hoy en la cual los casamientos no abundan y sí sobran las uniones de hecho sin que medien papeles formales, es decir, sin pasar por el registro civil.

Pero en algunas familias con usos y costumbres tradicionales y conservadores esta bendición es importante y muchas veces de ella depende la concreción o no del matrimonio.

Religión: práctica que ejerce un sacerdote y que invoca la protección divina para alguien o algo

Por otra parte, en la religión católica, nos encontramos con una destacada presencia del concepto de bendición, ya que la misma resulta ser una práctica sumamente común que tiene por misión la invocación de la protección divina sobre personas, cosas o cuestiones; generalmente, es impartida por una autoridad eclesiástica, tal es el caso de un sacerdote o de un obispo, quien efectuará un especial ademán con su mano extendida sobre las cosas o personas a bendecir.

En la tradición judía, asimismo, es una práctica corriente la de la bendición, y con la religión católica coinciden en el hecho que la misma dispone de una reciprocidad entre Dios y hombres, y viceversa, ya que Dios provee de bienes materiales y de acciones buenas y luego el hombre debe agradecerlas.

Una costumbre clásica en las mesas donde se reúnen fieles de estas religiones es la bendición de la comida y de la bebida que se ingerirá y que es llevada a cabo por un sacerdote o bien por el líder familiar antes que se empiecen a degustar las preparaciones culinarias.

Por su lado, la expresión ser una bendición, que justamente contiene la palabra que nos ocupa, resulta ser una frase que presenta un uso muy extendido en nuestro idioma y que habitualmente se emplea en el lenguaje coloquial cuando se quiere dar cuenta de aquello o aquel que es muy bueno, o en su defecto que es cuantioso en su categoría. “Después de tanto sufrimiento padecido este bebé llega como una bendición.”

Mientras tanto, el concepto que directamente se opone al de bendición es el de maldición, que justamente propone lo opuesto, la expresión de deseo de que algo malo le ocurra a algo o alguien.

Por supuesto que existe una clara disposición de maldad por parte de aquel que maldice en algo a otro.