Definición de Cambio Global

David Alercia
Licenciado en Biología

En la actualidad, es innegable que nuestro planeta ha experimentado profundos cambios en las últimas décadas. Lo más frecuente es hablar de cambio climático, que hace referencia a una variación de la temperatura media de la superficie del planeta (lo que incluye zonas emergidas, pero también variaciones de temperatura en la superficie de los océanos). Los cambios climáticos también incluyen cambios en las precipitaciones y en los vientos. Pero el clima no es el único sistema de la tierra afectado: nuestra impronta se extiende también por la Biota, la hidrósfera y la geósfera. Estas alteraciones funcionales no solo están relacionadas con el cambio climático, sino también con aquellas actividades que tienen un impacto directo en ese sistema.

A lo largo de la historia de nuestro planeta, ha habido muchos cambios. Algunos incluso mucho más profundos y catastróficos que el presente. Para comprender estos cambios, y comprender por qué los cambios actuales de la Tierra no son iguales a los pasados, es muy útil el concepto de forzantes, que son condiciones o fuerzas que hacen que el sistema cambie su funcionamiento.

Entre los forzantes, pueden reconocerse forzantes naturales (como los ciclos solares, las oscilaciones El Niño-La Niña, el vulcanismo o la tectónica) y forzantes antropogénicos, vinculados a la actividad humana, como son la emisión de gases de efecto invernadero, la deforestación, el cambio de uso del suelo o la urbanización).

Cambios en la geósfera

En la geósfera, que comprende la capa superior de la tierra, la actividad humana, especialmente las vinculadas a la minería, la industria agroganadera y la urbanización, han provocado cambios importantes.

El cambio de uso del suelo asociado a estas actividades frecuentemente reemplaza ecosistemas enteros, o parte de ellos, por infraestructura urbana, campos de cultivo o minas.

Este cambio trae aparejado otros. La eliminación de la cobertura vegetal suele desencadenar procesos de desertificación (que no es convertir el suelo en un desierto, sino un proceso de degradación de la calidad del suelo) y se agravan las problemáticas de erosión del suelo.

Esto contribuye a disminuir la capacidad del suelo de sustentar el crecimiento vegetal, y, por consiguiente, de soportar ecosistemas complejos.

Cambios en la hidrósfera

La hidrósfera, que engloba los océanos, los ríos, los lagos y las aguas subterráneas, también ha experimentado cambios.

Los elementos de la hidrósfera más afectados son, sin dudas, los glaciares, que van reduciendo su área a medida que aumenta la temperatura de la superficie. Los glaciares más vulnerables al calentamiento global son los glaciares de montaña, y en algunas zonas ya han desaparecido todos, como en los andes tropicales de Venezuela.

El agua proveniente del derretimiento de los glaciares está haciendo que el nivel del mar aumente, lo que amenaza a las comunidades costeras del mundo entero.

En una atmósfera más cálida y con más dióxido de carbono, como la actual, el CO2 se disuelve en el agua y forma ácido carbónico. Este compuesto es uno de los principales responsables de la acidificación de los océanos.

Este cambio en las propiedades químicas del agua, sumado al calentamiento de las capas más superficiales del océano (el agua del fondo oceánico está a una temperatura constante) constituyen una amenaza para la supervivencia de los ecosistemas marinos.

Un ejemplo de ello es el blanqueamiento de los corales, en el que los corales expulsan sus algas simbióticas (y se vuelven blancos). Sin estas algas, muchos corales terminan muriendo y se cree que el fenómeno ocurre por el calentamiento del agua.

Cambios en la atmósfera

La atmósfera, la capa gaseosa que rodea al planeta, también ha sufrido cambios significativos. El sistema climático es, esencialmente, un sistema atmosférico. La atmósfera es quizá el subsistema más alterado de la Tierra (junto a la biota).

La emisión de gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono y el metano, ha alterado la composición de la atmósfera.

El efecto invernadero es un fenómeno natural que ocurre en la atmósfera de la Tierra en donde los GEI retienen el calor del sol en la atmósfera superior, lo que hace que la temperatura promedio del planeta aumente. La concentración más elevada de estos gases en la atmósfera, que son producidos en enormes cantidades por las actividades humanas como la ganadería, la quema de combustibles fósiles y la deforestación, intensifica el efecto invernadero, haciendo que la superficie del planeta se caliente.

Estos cambios atmosféricos han generado fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, inundaciones, olas de calor y huracanes, que representan una amenaza creciente para las comunidades y los ecosistemas.

Cambios en la biota

La biota, que abarca la totalidad de la vida en la Tierra, ha sido profundamente afectada por los cambios globales.

Los cambios de uso del suelo, la deforestación y la contaminación, han causado una sustancial pérdida de hábitats naturales. Esta pérdida de hábitat, junto a otros problemas como la introducción de especies exóticas, las invasiones biológicas, la caza y el tráfico de flora y fauna han conducido a la extinción a muchas especies, tanto que algunos científicos ya hablan de la sexta extinción masiva en la historia de la vida en la tierra.

La idea de una sexta extinción es controversial, pero pone de relieve la crisis de biodiversidad actual.

La extinción de especies no solo significa su “muerte”. Cada especie tiene un rol funcional en el ecosistema, y su pérdida deja al ecosistema sin una función, que en ocasiones puede ser cubierta total o parcialmente por otra especie funcionalmente similar. Esto se conoce como redundancia funcional.

La redundancia funcional se relaciona con las capacidades del ecosistema de resiliencia y resistencia, y depende, como hemos visto, de que haya especies funcionalmente equivalentes.

Desde luego, mientras más alta sea la biodiversidad del lugar, más probabilidades habrá de que dos especies puedan ocupar el mismo rol funcional en el ecosistema y el ecosistema será más resistente y resiliente.

Los ecosistemas con una diversidad baja son muy sensibles a los cambios. La degradación de los ecosistemas pone en peligro la provisión de servicios ecosistémicos de los que depende la humanidad.

 
 
 
Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Art. actualizado: Agosto 2024; sobre el original de agosto, 2024.
Datos para citar en modelo APA: Alercia, D. (Agosto 2024). Definición de Cambio Global. Significado.com. Desde https://significado.com/cambio-global/
 

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