Significado de causa probable Definición, ejemplos, sospecha razonable y apariencia delictiva
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Definición formal
La causa probable es un instrumento jurídico presente en las normas estadounidenses que habilita una detención por parte de las fuerzas del orden basándose en supuestos, razón por la cual se transforma en un objeto criticado constantemente.
Una persona que no ha recibido sentencia, técnicamente solo podría ser detenida si es capturada in fraganti, sin embargo, en caso de no ser así, se recurre a la causa probable para justificar un arresto preventivo. Así mismo, este recurso se aplica en situaciones como: registro de vivienda o inmueble, incautar bienes e indagaciones policiales.
Principios fundamentales de la Causa Probable
Si bien corresponde a la legislación norteamericana, es posible identificar figuras jurídicas análogas en otros países. Entre las características genéricas de una causa probable tenemos las siguientes:
– Es considerada como de las primeras fases de un proceso de investigación judicial. Como primera instancia, hay una investigación preliminar. A partir de esta indagación, se tienen indicios de sospecha que dan lugar a la causa probable.
– No es una prueba definitiva, es un indicio que arroja sospecha.
– Ninguna sentencia judicial se puede hacer solo por una causa probable.
– Esta causa debe ser dictada por un juez en algunos casos. Por lo general, es solicitada por un fiscal o institución detectivesca.
– Tiene un principio de legitimidad: es válida y amparada en la ley.
– Es una figura creada para desarrollar una investigación penal.
– Requiere de una cantidad y calidad de información para ser ejecutada.
– Si una causa probable no tiene suficiente basamento, entonces se comete un error procesal que anula cualquier dato obtenido por ejercer dicha causa.
Se trata de una figura legal destinada a permitir una investigación, pero necesita de claros indicios como: que una persona sea sospechosa de delito, que se necesite acceder a un sitio donde se cometió un delito, requerimiento de ingresar a un lugar donde se crea hay pruebas o pistas de un caso policial, y/o que se necesita incautar un objeto usado por infringir la ley.
Comparación con las leyes de Apariencia Delictiva en Uruguay y Sospecha Razonable en México
El instrumento de causa probable existe, aunque con otros nombres, en muchas legislaciones del mundo. El asunto es que en Estados Unidos parece que se aplica con más flexibilidad, es decir, se requieren menos indicios para ejecutarla. En cambio, otros marcos legales exigen tener pruebas más contundentes y señalar a alguien como franco sospechoso.
En Latinoamérica se observa el caso de Uruguay y el recurso Apariencia Delictiva. Su misión es permitir la detención y requisar ciudadanos por el hecho de ser sospechosos a simple vista, sí, por su sola apariencia. Se argumenta que se trata de una “razón práctica” en vista del incremento de delitos en suelo uruguayo. Lo curioso es que, muchas veces, algo similar a una “causa probable” aparece en los procedimientos de orden público de muchos países latinoamericanos. Recibe el nombre de sospecha fundada o motivo suficiente, por decir unos ejemplos. Se añade que América Latina hay ciertos delitos que se abordan con más agresividad que otros. Por ejemplo, en Venezuela quienes son sospechosos de infracciones políticas suelen ser detenidos sin mayores consideraciones. En cambio, para otros delitos si se cumplen una cantidad de protocolos bastante meticulosos antes de privar la libertad.
En México, rigue desde 2018 la denominada Sospecha Razonable, que trata de distanciarse de una imagen discriminatoria justificándose en la necesidad de que exista un indicio con la persona y/o vehículo presentes en el momento de la llegada de las fuerzas del estado sobre el acto delictivo que habilite la correspondiente inspección, sin embargo uno tiene que preguntarse ¿cómo es posible tal determinación en la práctica, y cómo se contempla la reacción que es capaz de generarse en el individuo señalado?
Ciertamente, se debe permitir la investigación penal, pero no es mentira que aún los procedimientos tienen visos de subjetividad y las leyes no son claras al respecto. En Argentina, por decisión de la ministra de seguridad, en 2019 se aplicó la normativa 845 que le permitía a la policía solicitar a cualquier individuo su documento de identidad para consultar antecedentes, sin ningún tipo de motivo explícito, aplicándose en estaciones e interiores de trenes, exponiéndose como una medida totalmente discriminatoria desde la identificación del propio contexto de aplicación.
Ejemplos de aplicación
Hay muchos ejemplos donde se ha usado, y otros donde se ha obviado, una causa probable. Se trata de un concepto muy operativo desde lo policial. Al respecto, tenemos casos como los siguientes:
1. Un hombre es captado en cámaras de vigilancia robando un auto. La policía llega al sitio del crimen y el sospechoso huye. En este caso, los cuerpos de seguridad pueden apresar al sujeto, ya que ha sido captado en flagrancia.
2. Reiteramos la situación anterior, pero con otra circunstancia: no hay cámara de video. El robo se comete y los detectives inician la indagación. Varios testigos dicen haber visto a un hombre forzando la puerta del vehículo. Todos estos testimonios lo describen de la misma manera y, además, se encuentran huellas dactilares en el auto robado. Se tiene una suma de indicios (testimonios y huellas dactilares) para exista una causa probable contra un sospechoso.
El problema de usar una causa probable es que se pueden cometer excesos, e influye la subjetividad de los funcionarios policiales. Tal es el caso de ciertas estadísticas en EEUU que muestran que la población de raza negra suele verse perjudicada en casos donde se intentan arrestos por causa probable, como el del estadounidense George Floyd.
¿Constituye la causa probable un eximente de las órdenes judiciales y el libertinaje para los funcionarios policiales?
Si, en algunos casos. Ya hemos dicho que es un tema un tanto álgido. Si bien es cierto que permite llevar a cabo pesquisas penales, también, en la práctica, “exime” muchas responsabilidades respecto al trato de las fuerzas del orden público respecto a las personas.
Por ejemplo, como mencionamos, está el caso del fallecimiento del ciudadano afroamericano George Floyd en 2020 justo durante un arresto. Este hombre fue señalado de querer pagar con un billete falso en una tienda de Minneapolis. Por este motivo, la policía llegó al lugar y comenzó a actuar de la siguiente manera:
– Detienen a Floyd con solo el indicio de la llamada telefónica.
– Vale decirse que esta llamada no es suficiente para establecer una causa probable.
– No ocurre una privación de libertad ajustada a ley. Floyd no es llevado a una institución ni llevado ante jueces.
– Uno de los funcionarios policiales lo coloca contra el piso, aun cuando no se resiste al arresto, y le impide respirar gracias a que sitúa su pierna sobre su cuello, lo que le ocasiona la muerte.
– Los policías justifican su acción argumentando que: Floyd fue capturado in fraganti y que se resistió al arresto, lo cual no coincide con los videos de las cámaras de seguridad de la zona y de los peatones que grabaron casi todo el suceso.
Todo lo anterior revela aspectos a revisar. Por ejemplo: ¿había razones para una causa probable? Y otra pregunta muy interesante: ¿todos los delitos justifican una causa probable?
Hay que estar de acuerdo en algo: la causa probable transgrede puntualmente ciertos derechos de los ciudadanos. Se puede entender que esto se haga para descartar delitos muy graves. Pero, ¿querer pagar con un billete falso es causal de este tipo de procedimientos?
Trabajo publicado en: Ago., 2020.
Ilustraciones: NL