Definición de Clickbait
Periodista esp. e investigador
El llamado clickbait (y que en español podríamos traducir como “carnaza para conseguir clics”) es una práctica consistente en maquillar el titular de una noticia de forma que induzca a quien lo lee a que entre al contenido para leerlo todo. Comprende, junto a las fake news, uno de los dos fenómenos fuertemente relacionados con la información y la actualidad en la, paradójicamente, llamada “era de la información”.
Sería, a grandes rasgos, como una transliteración del amarillismo periodístico (salvando las distancias) a Internet.
Entre las técnicas utilizadas por los sitios web que recurren a este método de manipulación, encontramos la exageración, el jugar con el morbo del lector (en diversos ámbitos y no solo en el sexual, que también), el misterio que deja a entrever el titular, como si solo leyendo el contenido pudiéramos acceder a una información privilegiada, y ciertos miedos atávicos.
Generalmente, tras haber leído la “noticia” (que muchas veces no es tal) a la que se ha tenido acceso tras hacer clic en la “carnaza”, el lector se siente defraudado.
En esta técnica para conseguir visitas, un buen titular, que sea potente y atractivo e induzca a hacer clic para acceder al contenido, es lo que más importa. Al final, lo que se busca es “vender” a precio de oro un contenido irrelevante, darle una preeminencia más destacada de lo que le correspondería.
Funciona por varios factores, tanto por la parte de las técnicas de redacción de titulares, como por el bajo nivel educativo para ser consumidor de contenidos que tienen muchos internautas.
Lo cierto es que muchos de nosotros (y quien escribe estas líneas no es una excepción por haber caído en ello alguna vez, aunque intento ser selectivo con lo que leo) no hemos sido educados para seleccionar lo que queremos consumir en materia de actualidad, cayendo fácilmente en las redes de la telebasura y el clickbait.
Porque, a fin de cuentas, si antes he comparado esta práctica con el amarillismo periodístico, la transposición de este amarillismo desde los medios escritos a los audiovisuales desemboca en la telebasura, de la cual muchas veces el clickbait es heredero directo.
Y no es porque necesariamente un clic en un titular nos conduzca a una noticia total y absolutamente irrelevante, pero su relevancia real en comparación con lo que nos vende el titular es muy diferente.
Un recurso muy utilizado consiste en recurrir a la frase “lo que sucedió a continuación te sorprenderá para culminar el titular.
Dicha frase es como un compendio de la filosofía del clickbait: generar en el lector una reacción de necesidad a acceder al contenido.
Porque, imaginémonos cualquier titular mínimamente espectacular con esta coletilla; por ejemplo, imaginemos que un día lluvioso, alguien graba con su smartphone, un vídeo de una mujer que es arrastrada por el agua que circula por una calle resultado de un desagüe obstruido, y que acaba topando contra un coche estacionado. Aquí no hay nada curioso más allá de lo destacable ¿verdad?
De hecho, si yo fuera periodista y me pasaran una nota contando este suceso, dudo mucho que la publicara. Ahora, no obstante, hagamos un ejercicio de clickbait y redactemos un titular para hacer de esto una “noticia” atractiva al clic fácil:
¡Casi se mata! una mujer es empujada por la lluvia, y lo que sucedió a continuación, ¡te sorprenderá!
Bien, sinceramente: leyendo el titular ¿no te habría entrado curiosidad por saber qué es lo que le pasó a esta pobre mujer?
Seguramente, al leer la “noticia” te preguntarías cómo justifico el titular. Pues bien, a lo mejor, con acabarla diciendo que tuvo suerte de que el coche estuviera estacionado y no en movimiento, lo tengo resuelto.
Molesto ¿verdad? Te han vendido un titular que no se corresponde con el cuerpo de la noticia. Bueno, claro, se corresponde en la esencia de lo que pasó (una mujer es arrastrada por la lluvia; si no te sorprende lo que pasó a continuación… bueno, no todo el mundo se sorprende por lo mismo).
¿Justificado? En absoluto, pero los medios que emplean el clickbait sin duda lo considerarán como justificado.
A menudo el clickbait echa mano de sucesos grotescos o humorísticos, simples anécdotas que sólo darían para un vídeo gracioso colgado en YouTube, y que para quien lo redacta se convierte en algo pseudo-noticiable.
De hecho, en muchos casos, lo que estamos leyendo se basa, precisamente en estos vídeos colgados en YouTube, o en anécdotas reales de las cuales se sobredimensiona el alcance en el titular.
Otra técnica comúnmente utilizada en clickbait consiste en hacer listas que incluyan, por ejemplo, una foto por cada elemento, situando cada foto en una página distinta, enlazadas entre ellas.
De esta forma, y aunque el internauta no se recorra toda la lista, el medio consigue más páginas vistas.
Un ejemplo sería El antes y el después de los 10 actores y actrices de Hollywood que se han hecho una cirugía estética. Aquí el contenido no engaña, es lo que vende y, de hecho, dicha lista puede contener más de una decena de ejemplos, es algo que no importa o que incluso beneficia.
En este caso, adjuntar al titular la foto más llamativa que solamente se presentará como último elemento de la lista, es una táctica habitual para ganar todavía más páginas vistas.
El lector inicia la visita a la lista pensando que pronto va a ver aquel contenido que parecía prometerle el titular, pero al cabo de 20 o 30 páginas de ver otras fotografías, se da cuenta de que el contenido que parece prometerse, queda muy escondido, y que será difícil llegar a él.
¿Cual es el objetivo final del clickbait? Obtener visitas, pero ¿para qué? Para obtener a su vez ingresos por publicidad.
A mayor cantidad de páginas vistas, un medio puede vender mejor sus espacios publicitarios mostrando simplemente sus números, además de que puede conseguir más ingresos por clics en publicidad pues aumenta las posibilidades que un lector haga clic en uno de los anuncios que expone en sus páginas.
También se busca que los lectores compartan estos contenidos en las redes sociales, por lo que en algunos casos se llega, incluso, a engañarlos para que hagan clic en algún elemento que los comparta, aunque Facebook ha puesto coto a estas prácticas.
Para promocionar estos contenidos de clickbait, muchas veces se utilizan las partes inferiores de las páginas web, que se enlazan a unos cuantos contenidos de este tipo.
Fotos Fotolia: Faithie / Duris Guillaume
Trabajo publicado en: Oct., 2018.
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