Definición de Desierto

David Alercia
Licenciado en Biología

Caracterizados por su aridez extrema, estos lugares aparentemente inhóspitos albergan una biodiversidad única. Seguramente imaginas un desierto como un área cubierta de dunas de arena, donde el calor es insoportable. Pero la clave para que se desarrolle un desierto no es el calor, sino la disponibilidad de agua. Con respecto a la arena, si bien las dunas son las geoformas más conocidas de los desiertos, también pueden presentarse como llanuras rocosas, salares o estepas frías.

Los desiertos se definen por su baja precipitación anual, inferior a los 250 mm o 25 cm anuales. Tan poca cantidad de agua de lluvia resulta en una escasez continua de agua, o déficit hídrico permanente durante todo el año. El agua de lluvia se infiltra rápidamente en el suelo y el agua superficial se evapora con el sol. Esto hace que el agua esté disponible para las plantas durante breves periodos de tiempo posteriores a las lluvias. Según el diagrama de biomas de Whittaker, esta fisionomía se encuentra en las regiones de baja precipitación y en un extenso rango de temperaturas.

La atmósfera de los desiertos, como no, es notablemente seca. La falta de humedad hace que no haya nubes y los cielos de los desiertos son los cielos más despejados de todos. Esta particularidad es muy aprovechada para la observación astronómica, y no es casualidad que muchos observatorios estén en zonas desérticas.

Desiertos fríos y desiertos cálidos

Los desiertos cálidos se caracterizan por temperaturas elevadas durante gran parte del año: la temperatura media es cercana a los 20 °C.

La temperatura varía más entre el día y la noche, que entre las estaciones. El enfriamiento nocturno se debe a la poca humedad del aire y a la falta de nubes.

Entre los extremos de temperatura, en algunas regiones puede llegar a los 40 °C o más durante el día y descender a los 0 °C o menos por las noches.

Están ubicados en latitudes subtropicales, entre los trópicos y el ecuador.

Ejemplos de desiertos cálidos son el Sahara y el desierto de Namibia en África, el desierto de Sonora en América del Norte y el desierto de Atacama en la costa de Chile y Perú.

En los desiertos fríos las precipitaciones son escasas y pueden ser precipitaciones nivales (nieve) durante el invierno. En muchas áreas, la nieve es la principal fuente de agua en el desierto.

Se encuentran en regiones de clima frío, donde las temperaturas pueden caer por debajo del punto de congelación durante gran parte del año.

Ejemplos de desiertos fríos incluyen el desierto de Gobi en Asia Central, el norte del desierto de Mojave, en América del Norte y el sur de la Patagonia en Sudamérica.

A pesar de sus diferencias climáticas, ambos tipos de desiertos comparten la característica fundamental de un déficit hídrico permanente.

La biota de los desiertos

La biota está muy adaptada a las condiciones de aridez extrema, tanto es así que en los desiertos es muy frecuente la existencia de endemismos, es decir, de especies únicas que solo viven allí.

La escasez crónica de agua obliga a las plantas a reducir al máximo la cantidad de líquido que pierden por transpiración y a los animales a buscar fuentes alternativas de agua.

Las plantas pierden agua principalmente a través de las hojas, así que la mejor estrategia para sobrevivir es reducir el tamaño de las hojas, reducir su número o impermeabilizarlas con ceras. Algunas plantas llegan al extremo de no tener hojas, y sus tallos se han adaptado para asumir la función fotosintética.

Las suculentas y cactus almacenan agua en sus hojas y tallos respectivamente.

Todas estas plantas con adaptaciones para resistir la sequía se conocen como xerófitas.

Los animales evitan perder agua en sus heces y en su orina. Los animales desérticos tienen una orina muy concentrada y heces casi secas. Muchos son nocturnos y evitan las horas del día para resguardarse del intenso calor.

Algunos animales beben poco o nada, ya que encontrar agua líquida en el desierto puede ser una odisea, y obtienen parte del agua que necesitan de su dieta.

La biota de los desiertos ha encontrado estrategias ingeniosas de enfrentar la sequedad y es el resultado de una larga historia evolutiva, que ha hecho que aparezcan criaturas únicas, capaces de andar en el desierto como peces en el agua.

Factores biológicos y geológicos de preocupación

Hay factores biológicos y geológicos que hacen que los desiertos sean ambientes vulnerables a los disturbios.

Entre los factores biológicos, podemos mencionar la baja biodiversidad y la extrema adaptación de las especies.

Frente a un disturbio, los ecosistemas tienen cierta capacidad de resistir al cambio y recuperarse después del disturbio, y estas capacidades están directamente vinculadas a su biodiversidad. En los desiertos, con tan baja biodiversidad, un disturbio puede hacer que todo el ecosistema cambie.

Muchas de las especies del desierto, como hemos dicho, son endémicas. Un cambio ambiental, por ligero que sea, puede representar una seria amenaza para la supervivencia de estas especies.

Entre los factores geológicos, los más importantes son los suelos y la erosión.

Los suelos de los desiertos son pobres en materia orgánica, poco fértiles y tienen una alta tendencia a erosionarse. La sequedad reinante hace que los procesos de formación de suelo, que están vinculados a la acción de organismos descomponedores, sean muy lentos.

Por otro lado, la casi inexistente cubierta vegetal es incapaz de proteger el suelo de la erosión. El principal agente erosivo es el viento y los suelos están sometidos a un intenso proceso de erosión eólica.

Estas condiciones pueden agravarse por factores antrópicos, como la eliminación de la cubierta vegetal (si es que la hay) y la sobreexplotación del suelo, con agricultura o ganadería extensiva. Estas problemáticas desencadenan un proceso conocido como desertificación.

La desertificación es un proceso de degradación del suelo y termina con un suelo similar al de los desiertos. Estos procesos son frecuentes en las sabanas subtropicales por pastoreo intensivo y deforestación.

La desertificación no se refiere a la aridización del área, que es un proceso natural que hace que cambie el régimen de precipitaciones de un lugar y se vuelva árido.

La desertificación se refiere a la pérdida de calidad de un suelo por un mal uso y sobreexplotación de los recursos naturales ligados al suelo (el suelo mismo, y la vegetación).

 
 
 
 
Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Art. actualizado: Marzo 2024; sobre el original de octubre, 2010.
Datos para citar en modelo APA: Alercia, D. (Marzo 2024). Definición de Desierto. Significado.com. Desde https://significado.com/desierto/
 

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