Definición de Diezmo
El pago de impuestos ya se realizaba en la antigüedad y hay referencias históricas de que una de las primeras tasas que se pagaron fue el diezmo. Esta imposición consistía en pagar el 10% por ciento (diezmo viene del latín décimus o décimo) de la actividad productiva a un monarca, a un señor feudal o a la iglesia cristiana.
Las referencias al diezmo en la Biblia
El hecho de hacer pagar el diezmo se conocía con el término diezmar, algo que ya podemos encontrar en el Antiguo Testamento. Se trataba de un requisito que debían cumplir los israelitas dando la décima parte de sus ganancias a los sacerdotes de los lugares sagrados. En el Nuevo Testamento no hay una ley de esta naturaleza pero sí se hace la recomendación de ayudar a la iglesia en función de las posibilidades económicas de los fieles.
Las referencias bíblicas al diezmo eran aplicables a los propietarios de las tierras y a los beneficios que obtenían con sus actividades, por lo que los jornaleros y campesinos no tenían la obligación de diezmar.
El sentido cristiano del diezmo
Según el planteamiento cristiano Dios es el creador de todo y esto implica que los humanos somos simplemente quienes administramos lo que tenemos. En consecuencia, el diezmo es una forma de devolver a Dios todo lo que nos ha dado. En otras palabras, diezmar obedece a una idea espiritual y no a una cuestión estrictamente material.
Se podría decir que el diezmo tiene una doble dimensión: una muestra de gratitud a modo de ofrenda hacia Dios y una manera para que la iglesia pueda ayudar a los necesitados. Así, para los creyentes el diezmo es un mandamiento de Dios y que debe interpretarse, no en un sentido literal, sino en función de cada momento histórico.
El debate sobre el diezmo
Las personas de religión judía no tienen la obligación de diezmar y en la mayoría de iglesias cristianas se promueve la ofrenda voluntaria. El diezmo no existe oficialmente en la actualidad, pero muchas iglesias cristianas lo mantienen como una tradición. En cualquier caso, muchos fieles continúan aportando dinero a la iglesia a través de limosnas, ofrendas, diezmos o donaciones. Para los partidarios de estas prácticas es algo completamente normal y razonable, puesto que las iglesias deben mantener sus servicios y para ello es necesario un apoyo económico de los fieles. En cambio, otros consideran que el diezmo o cualquiera de sus variantes es una práctica sospechosa y que puede promover el enriquecimiento de algunos líderes religiosos.
Foto: iStock – zodebala
Trabajo publicado en: Abr., 2016.
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