Significado de eclipse Definición, mitología y características

  • Por Eduardo Reinoso (Físico)
  • May./2019
  • Definición formal

    El eclipse comprende dos tipos de fenómenos: solar (cuando la luna se ubica frente al sol) y lunar (cuando nuestro planeta se posiciona frente al sol). Puede darse una situación de eclipse total o parcial dependiendo del movimiento de cada protagonista dentro del sistema solar. Etimológicamente, tiene raíz en el griego ekleipsis, que plantea la idea de ausencia y/o desaparición, asociándose al vocablo ekleipein, que se traduce como separación.
    Eclipse Lunar Total que se experimentó a mediados de 2018, con una impactante luna de sangre

    Eclipses en la mitología

    La mayoría de civilizaciones de la antigüedad se dedicaron a la observación de los astros. Ante la presencia de los cometas o los eclipses, entendían que se trataba de fenómenos que anunciaban algún episodio trágico. Tres mil años antes de Cristo ya fueron registrados eclipses solares en China y en Babilonia. En ambos casos se observó que la Luna repite su trayectoria en el cielo cada 18 años y 11 días y esta periodicidad fue lo que posteriormente permitió predecir los eclipses.

    Para los chinos la aparición de un eclipse tenía relación con la presencia de un dragón volador, el cual devoraba al Sol.

    En el territorio del actual México el animal que se tragaba momentáneamente el Sol era un jaguar (según los mayas el dios jaguar estaba relacionado con el ciclo día-noche).

    En las ilustraciones del antiguo Egipto se encuentran figuras del Sol eclipsado sobre el cuerpo de un faraón momificado (los faraones querían ser como el Sol, que aparentemente puede aparecer o desaparecer de manera voluntaria).

    La presencia de eclipses empezó a dejar de ser un misterio con los griegos Tales de Mileto, Pitágoras y Empédocles. En el siglo Vl a. C Tales de Mileto hizo la primera predicción de este fenómeno de la naturaleza.

    Características de los eclipses

    ¿Por qué no son observables todos los años? Los eclipses totales de Sol no son tan infrecuentes como normalmente se cree. De hecho, cada 18 meses se produce uno desde la superficie de la Tierra.

    Como sabemos, los eclipses ocurren cuando la Luna oculta el Sol desde la perspectiva de la Tierra. El hecho de que no podamos observarlo de manera periódica tiene una explicación. En primer lugar, el ángulo en el que la Luna orbita la Tierra no siempre coincide con el plano terrestre. En segundo lugar, la Luna no orbita a la misma distancia de la Tierra y esta circunstancia afecta a la observación del alineamiento de ambos planetas (el perigeo es cuando la Luna y la Tierra están más cerca y el apogeo es cuando están más alejados).

    Por último, no siempre observamos los eclipses porque el agua ocupa la mayor parte de la superficie terrestre (con los eclipses totales de Sol, la sombra de la Luna se proyecte sobre los océanos y en ellos no habita nadie que lo pueda observar).

    Pueden causar graves problemas de visión

    En la antigüedad la aparición de un eclipse era interpretado como un mensaje de los dioses. En nuestros días hemos abandonado este tipo de valoraciones, pero a pesar de ello se trata de un fenómeno de la naturaleza tan singular que despierta la curiosidad.

    Los eclipses lunares no son potencialmente nocivos para los ojos porque no hay una fuente de luz, mientras que los solares deben ser observados con una adecuada protección ocular porque los rayos solares son dañinos para la visión humana. Así, las retinas podrían llegarse a quemar y provocar una ceguera parcial o total.