¿Qué fue el experimento de la prisión de Standford?
Doctor en Psicología
Fue un estudio desarrollado por Phillip Zimbardo en la Universidad Stanford, donde estudiantes fueron organizados para simular ser prisioneros y oficiales de una prisión construida dentro de las instalaciones.
Phillip Zimbardo es un psicólogo social, investigador y profesor emérito de la universidad de Stanford y presidente de la American Psychological Association. Es famoso por sus estudios sobre “la psicología del mal”, de los que han surgido trabajos como el libro El efecto lucifer: Estremecedor estudio sobre la naturaleza del mal y las experiencias de Las ventanas rotas y el más famoso, el Experimento de la prisión de Stanford.
El experimento
En el año de 1979 los residentes de Palo Alto en California encontraron un anuncio en el periódico que se solicitaba participantes para un estudio, quienes fueran seleccionados recibirían un pago de 15 dólares por cada día que durará el estudio (se estableció que el estudio tendría una duración de dos semanas). De los 70 voluntarios que asistieron, fueron seleccionados 24 participantes quienes, mediante un procedimiento aleatorio, fueron divididos en dos grupos de igual tamaño (Un grupo representaría a los guardias y otro a los reclusos). Zimbardo consiguió que una sección del sótano de la universidad fuera acondicionada con celdas, y que la policía de la ciudad le prestara una patrulla para realizar las “detenciones”.
Era el domingo 14 de agosto cuando los guardias asistieron a la casa de cada uno de los reclusos y procedieron a detenerlos, algunos con órdenes por robo. Al llegar a la prisión los oficiales vendaron sus ojos y los condujeron a su interior, una vez adentro, se les ordenó desnudarse y colocarse con las piernas abiertas y los brazos extendidos. Se les hizo entrega de su “uniforme de prisión”, una bata de color café con unos números bordados y una malla para la cabeza (Zimbardo indica que esto se realizó debido a que no es posible rapar la cabeza de los participantes). Una vez vestidos, los reclusos fueron obligados a quitarse las vendas de los ojos y mirarse en un espejo. Los oficiales hicieron entrega de las normas que deberían cumplir en su estancia en la prisión.
1. Los reclusos deben guardad silencio en todo momento a menos que un oficial le dé la orden de hablar.
2. Los reclusos solo podrán comer en los horarios establecidos.
3. Los reclusos deben participar en todas las actividades de la prisión.
4. Los reclusos deberán mantener su celda en impecable orden, esto incluye, hacer la cama, el suelo limpio y sus objetos personales en orden.
5. Los reclusos deben evitar alterar el espacio de la prisión.
6. Los reclusos tienen prohibido encender la luz de sus celdas.
7. Los reclusos deben dirigirse hacia los otros reclusos por su número, nunca por su nombre.
8. Los reclusos deben dirigirse a los guardias como “señor oficial de la prisión”.
9. Los reclusos tienen prohibido expresarse de su condición como un experimento.
10. Los reclusos disponen de 5 min al día para ir al baño.
11. Se podrá fumar sólo con el permiso de los guardias.
12. El correo recibido será revisado por los guardias.
13. Solos los reclusos autorizados podrán recibir visitas.
14. Los reclusos deberán estar de pie cuando alguien entre al recinto.
15. Los reclusos deben obedecer las normas.
16. Los reclusos deberán informar del incumplimiento de estas normas.
17. El incumplimiento de cualquier norma es motivo de castigo.
A lo largo de los días que duró el experimento, los guardias ordenaban a los reclusos hacer un pase de lista que consistía en pararse en firmes y decir su número de identificación en voz alta. Si un guardia no se encontraba conforme con la acción de un recluso, le ordenaba realizar flexiones u otros ejercicios físicos; esta actividad se repetiría constantemente a lo largo del día. Del mismo modo, los guardias realizaban castigos de manera arbitraria de manera constante, entre estos destacan el retiro de los alimentos, las cobijas para dormir y el más temido, encerrar a los prisioneros en una celda de aislamiento que fue improvisada.
Estas acciones condujeron a los reclusos a iniciar pequeñas acciones de rebelión contra los guardias, inclusive, uno de los reclusos inicio una huelga de hambre para exigir su liberación. Algunos de los reclusos comenzaron a presentar indicios de que su salud mental y su bienestar comenzaba a deteriorarse y al solicitar la intervención de Zimbardo, este se comportaba como un verdadero director de prisiones, haciendo caso omiso de los reclamos de los reclusos. Después de tan solo seis días, Zimbardo se vio obligado a parar el estudio que poco a poco se salía de control.
El impacto del estudio
El experimento de la prisión de Stanford es reconocido como uno de los experimentos en psicología más cuestionables (no es el único, podría citar el estudio de obediencia de Milgram o el estudio de Watson titulado “el pequeño Albert”). Entre las críticas que ha recibido el experimento, e incluso el mismo Zimbardo, se encuentran la falta de ética en el desarrollo del estudio, al poner en peligro la integridad de los participantes; y la ausencia de una metodología clara en su ejecución, propio Zimbardo ha reconocido que no le es posible identificar claramente cuáles eran las variables y manipulaciones del estudio.
A pesar de lo cuestionable del experimento, no puede negarse la importancia de Zimbardo para la psicología, especialmente para la “psicología del mal”. En su libro “El efecto Lucifer” Zimbardo profundiza en los mecanismos que conducen a una persona a realizar actos de maldad, cómo la obediencia, el poder y la conformidad, también aborda casos como la prisión de Abu Ghraib, en la que presos iraquíes fueron torturados por militares norteamericanos; y por supuesto, describe a detalle los 6 días que duro el experimento.
Trabajo publicado en: Ene., 2023.
Referencias
Zimbardo, P. (2018). El efecto Lucifer. Estremecedor estudio sobre la naturaleza del mal. Paidós.Escriba un comentario
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