Definición de Francotirador

El manejo del fusil es uno de los aspectos más importantes para cualquier soldado. Se trata de un arma imprescindible en el campo de batalla, pues sirve tanto para acciones de defensa como de ataque. Algunos soldados se caracterizan por su gran precisión en el disparo y esta cualidad hace que se puedan convertir en francotiradores.

Tiradores de élite

La complejidad de la guerra hace que pueda ser necesario el uso de armas de largo alcance por parte de soldados especializados. El francotirador suele actuar en solitario y desde una posición privilegiada.

Dispara con un objetivo primordial: debilitar la capacidad de ataque del enemigo. Normalmente el soldado que realiza esta función tiene como blanco a un número reducido de enemigos, pero estos tienen un alto valor estratégico (por ejemplo, se intenta abatir a los oficiales del otro bando para así provocar la desmoralización de las tropas).

En muchas ocasiones el francotirador cuenta con el apoyo de un observador que decide cuál es el blanco más idóneo. Estos profesionales también pueden disparar sobre equipos militares o realizando tareas de apoyo en el movimiento de sus tropas.

Para que su acción sea efectiva es necesario un arma de precisión con mira telescópica, mucha puntería y usar algún tipo de camuflaje para pasar desapercibido.

Provocando el terror en la población civil

Muchas acciones de guerra tienen un componente psicológico. Así, el francotirador no siempre dispara contra otros soldados, sino que puede hacerlo sobre la población desarmada. De esta manera, el tirador de élite logra que la población civil experimente un pánico generalizado como consecuencia de las bajas producidas entre los civiles. Debido a ello, la figura del francotirador tiene unas connotaciones muy negativas, pues su acción no tiene ningún componente de valentía sino todo lo contrario.

Al margen del ejército

Las fuerzas policiales también cuentan con efectivos especializados en disparos a larga distancia con armas muy precisas. Estos profesionales son especialmente útiles para casos de secuestro.

Como es lógico, en el mundo de los criminales también hay expertos que realizan estas funciones. Uno de los más célebres fue el llamado «francotirador de Austin». Se trataba de Charles Whitman, un estudiante de la Universidad de Texas que en 1966 comenzó un tiroteo desde una torre en la zona comercial del campus y finalmente fue abatido por la policía.

Por otra parte, el magnicidio del presidente Kennedy tuvo como protagonista a un ex marine muy diestro en el manejo del fusil, Lee Harvey Oswald. En la ficción cinematográfica la figura del tirador de élite ha tenido igualmente un cierto protagonismo.

Fotos: Fotolia – alfa27 / bartsadowski