Definición de Hacktivismo
Periodista esp. e investigador
Para la mayoría de las personas, el término hacker (experto en tecnologías, con especial incidencia en la seguridad informática) tiene una connotación exclusivamente técnica. Pero lo cierto, es que, además de dicha evidente faceta, el hacking también tiene tras de sí toda una faceta filosófica o ideológica (como prefiramos) que aboga en última instancia por la libertad de la información y la transparencia, y que da origen a los activistas de esta ideología, los hacktivistas.
El hacktivismo es la ideología o filosofía que sustenta la práctica del hacking, y que podemos entender como una extensión social del deseo de libertad de información y conocimiento propio de la práctica del hacking.
En última instancia, lo que busca el hacktivismo es que las personas, en tanto como ciudadanos, estemos más y mejor informados, de forma transparente. Por eso, aboga tanto por la eliminación de secretos y la publicación de todo, como -aunque parezca contradictorio- el uso de herramientas de anonimización para preservar las libertades individuales ante el espionaje electrónico al que los gobiernos someten las redes públicas de comunicación.
El hacktivismo se ha ido expresando a lo largo del tiempo de diversas formas, las más primitivas de las cuales podemos considerar que nacieron con los inicios de la expansión informática, principalmente en los Estados Unidos, y que se cimentaron en las BBSs y reuniones de clubes de aficionados a las computadoras, cristalizando en una serie de ideas que dieron paso a los primeros hackers.
Más modernamente, podemos entender como fenómenos que forman parte del hacktivismo Wikileaks (libertad de la información, no hay secretos) y Anonymous (colectivo hacktivista de alcance mundial que ha llevado a cabo diferentes acciones).
Ambas iniciativas (además de otras) son llevadas a cabo por personas con grandes conocimientos técnicos (Julian Assange, uno de los cofundadores de Wikileaks, fue hacker en su juventud, perseguido por la ley por acceder ilegalmente a sistemas informáticos militares), pero que se sustentan sobre principios éticos y morales.
Normalmente, estas actividades pueden calificarse como más “subversivas”, en relación al orden establecido y las entidades gubernamentales.
Si lo pensamos un poco, tiene todo su sentido: mientras los gobiernos esconden información para ganar poder (a costa de otros estados y de sus propios ciudadanos), el hacktivismo busca otorgar el poder a la gente y sacar los secretos a la luz. El choque es inevitable.
Pero el hacktivismo no solamente se demuestra en forma de acciones más de tipo político, sino que también tiene extensiones máás sociales como los hacklabs.
Estos hacklabs son espacios abiertos a la comunidad, en los cuales se puede aprender sobre nuevas tecnologías y experimentar con ellas.
Generalmente, son autogestionados por voluntarios, que regentan el espacio y acogen a quienes se acercan, organizando cursos y actividades, la mayoría de ellos gratuitos, pero también algunas actividades de pago para sustentar las necesidades básicas del propio hacklab.
Aquellos ideológicamente opuestos al hacktivismo han tratado de identificar esta ideología con ideas de extrema izquierda (sobretodo en los países en los que estas están peor vistas, como los Estados Unidos) y, en algunos casos, con la extrema derecha.
En el caso de los gobiernos, como en el marco del enfrentamiento entre el de los EEUU y Wikileaks, lo que han buscado las autoridades es la criminalización de las actividades de los hacktivistas, algo de lo que estos se han defendido alegando que sus acciones siguen motivos ideológicos y humanitarios.
Fotos: Fotolia – LuckyStep / Andrey Popov
Trabajo publicado en: Dic., 2017.
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