Definición de Hikikomori
En el contexto de la cultura japonesa de los últimos años ha aparecido un nuevo fenómeno social: personas que de manera voluntaria deciden aislarse del conjunto de la sociedad y se recluyen entre las paredes de su hogar o en su propia habitación. Quien toma esta decisión recibe el nombre de hikikomori, que en japonés significa aislamiento o reclusión.
A pesar de que el origen de este fenómeno se encuentra en el país nipón, se producen casos en el resto del planeta.
Un perfil general
Es una tendencia que afecta normalmente a los jóvenes que no tienen hermanos y es más común en hombres que en mujeres. El hikikomori no tiene ninguna actividad social relacionada con el estudio, el trabajo o el entretenimiento social. En muchas ocasiones se mantiene un mínimo contacto con el entorno familiar más directo.
La vida de estas personas se realiza básicamente en una habitación y en ella suelen ver televisión, entretenerse con videojuegos o establecer algún contacto con los demás mediante algún foro de internet (es habitual que tengan contacto con otros hikikomoris).
Se considera que un individuo tiene este síndrome cuando se recluye en una habitación un mínimo de seis meses. Según estudios realizados, el tiempo medio de aislamiento es de tres años.
Como pauta general estas personas pertenecen a familias acomodadas y, en el caso de Japón, es habitual que las madres de los hikikomoris no trabajen fuera de casa (en la cultura japonesa la figura materna tiene un rol muy singular, ya que muchos jóvenes son emocionalmente dependientes de sus madres).
No hay una única causa para explicar la reclusión extrema
Su origen puede tener relación con algún desengaño personal, con el miedo a la gente, con la hiperprotección materna, con el fracaso escolar o con algún trastorno psicológico. Por otro lado, en el caso de Japón hay que tener en cuenta que algunos padres educan a sus hijos de una manera muy estricta y esta circunstancia puede ocasionar un rechazo que conduzca a la reclusión.
Algunos estudios del fenómeno consideran que el aislamiento voluntario de los jóvenes tiene una relación directa con el temor que experimentan ante las exigencias del mundo laboral.
Este síndrome presenta diferentes grados. Hay hikikomoris que mantienen un cierto contacto social, mientras que otros llevan el aislamiento hasta posiciones extremas.
Otras formas de aislamiento social
En el mundo antiguo los anacoretas cristianos se alejaban de la sociedad de manera temporal o definitiva con el fin de alcanzar un estado de plenitud espiritual y una mayor conexión con Dios. Los ermitaños y los religiosos que viven en régimen de clausura tienen igualmente una vida recluida. Quien padece antropofobia o fobia social también evita el contacto con los demás.
Fotos: Fotolia – Stnazkul / Piotr Marcinski
Trabajo publicado en: Sep., 2018.
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