Importancia de las Características

Una característica es un rasgo que forma parte de una cosa, una persona o algún tipo de fenómeno. En este contexto puede observarse claramente que su importancia radica en que nos ayuda a diferenciar y a destacar así como a distinguir igualdades.

La filosofía y la psicología han tratado el concepto de característica en el análisis de los procesos del conocimiento. Una cosa está formada por su esencia y por una serie de atributos o accidentes, es decir, por unas características. Sin embargo, la suma de todas ellas no es igual a su esencia. Pensemos en el ser humano.Tiene toda una serie de elementos que le definen, pero puede carecer de algunos de ellos y continuar siendo un individuo.

Hay características principales y secundarias. Las primeras son fundamentales para conocer algo y las de tipo secundario no tienen la misma relevancia. Por este motivo, la filosofía tradicional ha distinguido lo esencial de lo accidental.

Distinguiendo las características de las personas

Conocer una realidad significa distinguir aquellos aspectos primordiales de los que no lo son. Para realizar un análisis es muy frecuente realizar una clasificación. Un buen ejemplo es la clasificación de los seres vivos, en la que de manera gradual se describen los individuos a partir de sus características generales hasta las más específicas y particulares.

En el lenguaje cotidiano necesitamos describir lo que nos rodea. Para ello, es necesario utilizar palabras que se refieren a ciertas características de aquello que describimos.

Una herramienta en la ciencia y la literatura

El análisis científico tiene que ser riguroso, por lo que es preciso llevar a término un estudio de los fenómenos y, por lo tanto, de todas las características o rasgos que se manifiestan.

La literatura explica, describe y narra historias, siendo imprescindible el uso de características a la hora de contar cómo son los personajes o las situaciones.

Cuando pensamos en las características de un acontecimiento, hay que tener en cuenta varias consideraciones. Éstas pueden ser objetivas o subjetivas. También es posible hablar de grados distintos en una misma característica (algo puede ser aburrido, muy aburrido o tremendamente aburrido). Las palabras, principalmente los adjetivos, van matizando cómo son las características que empleamos a la hora de comunicarnos.

Los dos puntos fundamentales

El concepto de característica tiene dos ejes: la igualdad y la diferencia. Si observamos algo uniforme (pensemos en un inmenso desierto), sus características son realmente limitadas, por lo que básicamente se podrá hablar de todo lo concerniente a la arena. En cambio, al contemplar un paisaje selvático, las características que aparecen se multiplican. La conclusión es evidente: lo que es igual o similar reduce el número de características y lo que es diverso incrementa cuantitativamente el uso de las cualidades, rasgos o características.

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