Importancia de Defenderse contra la Violencia Física y Verbal
En cualquier de sus manifestaciones los actos violentos representan un fracaso. Si dos personas se enfrentan de manera agresiva, esto implica que su capacidad de diálogo ha desaparecido. De igual manera, si en una sociedad se impone un cierto grado de violencia, se produce una convulsión generalizada y un riesgo para la integridad física de las personas.
Los diferentes niveles pueden y deben combatirse
Para que la convivencia pacífica entre los seres humanos sea una realidad es necesario que los actos violentos sean reprimidos por las leyes y, paralelamente, sean rechazados por el conjunto de la sociedad.
Ciertos grados de agresividad física y verbal en ocasiones se toleran porque se consideran normales e inevitables. Los insultos y peleas entre niños pequeños o el denominado acoso escolar no son incidentes menores, pues detrás de ellos hay víctimas que sufren y su sufrimiento puede generar reacciones extremas como la depresión, el aislamiento social o incluso el suicidio.
En algunos países con una cultura machista se ha normalizado un cierto grado de violencia física y verbal contra las mujeres. Esta normalización representa un claro peligro, pues es una manera de aceptar el sometimiento de la mujer.
En algunas zonas del planeta los grupos criminales organizados han impuesto su ley con todo tipo de estrategias: la amenaza verbal, la extorsión, el chantaje, el impuesto revolucionario, etc. Estas acciones tienen un evidente ingrediente violento y si no se combaten con eficacia acaban convirtiéndose en una enfermedad social.
¿Qué se puede hacer para enfrentar estos desafíos?
Si bien no existe una fórmula definitiva para solucionar este tipo de situaciones, sí hay algunas pautas que pueden actuar como freno para que no se produzcan. Los gobiernos pueden ser enérgicos y contundentes a la hora de reprimir las distintas formas y niveles de violencia.
En el ámbito escolar es conveniente activar planes de intolerancia frente a las agresiones.
En el mundo laboral se pueden proponer códigos de conducta orientados a evitar cualquier agresión verbal o física.
En el deporte también es viable combatir la violencia y en este sentido en algunos países los grupos radicales de aficionados tienen prohibida la entrada en los eventos deportivos.
Los medios de comunicación tienen igualmente una responsabilidad social y por este motivo pueden activar campañas de sensibilización orientadas a reducir la violencia.
En resumen, es el conjunto de la sociedad quien debe defenderse contra la violencia física y verbal. De lo contrario, los violentos se convierten en una permanente amenaza contra la libertad y la seguridad.
Imágenes: Fotolia. Syda / Zdyma4
Trabajo publicado en: Nov., 2017.
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