Importancia de la Masacre de Ezeiza
La historia argentina reciente nos da un gran número de hechos y eventos que son complejos y a la vez relevantes para comprender el presente. Uno de ellos es la Masacre de Ezeiza, que se considera un momento fundacional para la izquierda peronista en su enfrentamiento con sectores de derecha, tanto dentro como fuera del peronismo. Este enfrentamiento terminaría por contribuir a la represión de los años posteriores y a la salvaje dictadura militar de 1976.
El regreso de Perón y la pelea por la representación de su figura
En el año 1955, con el acaecimiento de un golpe militar que terminó por adelantado con su mandato, Juan Domingo Perón debió abandonar el país y permanecer en el extranjero por casi veinte años. Fue recién en 1973, bajo la presidencia de Héctor Cámpora que consideraría que las condiciones estaban dadas para regresar. Veinte años de exilio y una sociedad conflictiva, con un peronismo que a lo largo de esos años había permanecido proscripto, fueron caldo de cultivo para uno de los enfrentamientos más duros de la última mitad del siglo XX.
La llegada de Perón al país estuvo teñida desde el principio por rumores, aseveraciones, idas y vueltas. Todo se terminó planeando entre diferentes alas del peronismo para darse en el marco de su regreso, que sería bienvenido en su camino desde el aeropuerto de Ezeiza. En el espacio donde la autopista hace una rotonda, en las cercanías del Hogar Escuela y del Automóvil Club Argentino, se ubicarían las diferentes columnas de Montoneros y otras facciones del peronismo popular, que competían en ese entonces por representar a la figura de Perón. El evento terminaría siendo una trampa en la que morirían 13 personas y quedarían heridas más de 300.
Un descalabro que llevó al comienzo del fin
El enfrentamiento entre los sectores de izquierda y de derecha dentro del peronismo se hizo carne en este evento que supuestamente tendría como objetivo recibir a Perón pero que fue planeado desde la burocracia sindical y de derecha para aniquilar a los jóvenes de izquierda. Los representantes de los sindicatos peronistas sentían que los jóvenes de izquierda dentro del movimiento estaban ensuciando la esencia del partido y por lo tanto debían aprender a someterse.
El enfrentamiento supuso tiros y disparos desde diferentes lugares directamente contra la multitud. Los historiadores y especialistas que han estudiado el hecho señalan que el enfrentamiento armado se dio realmente entre los mismos sectores de derecha que respondieron a las balas sin saber que del otro lado estaba el mismo bando. La gente quedó en el medio de esa confusión y las corridas, el miedo y la desesperación caracterizaron a la jornada.
La Masacre de Ezeiza es recordada por muchos como el comienzo del fin ya que para los sectores de izquierda dentro del peronismo (Montoneros) significó un acto de violencia directa de parte de la derecha del movimiento. Así, las diferencias se harían irreconciliables y desde entonces comenzarían a operar los intereses de manera independiente como si de dos movimientos distintos se tratara.
Trabajo publicado en: Feb., 2018.
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