Importancia de Nirvana (Budismo)

El nirvana, más que un lugar, es un estado del ser en el que se alcanza la autoliberación, el cese del sufrimiento y se rompe con la rueda de nacimiento – muerte – reencarnación. Es el momento en el que el ser deja de ser y se une al todo absoluto.

Buda: Sufrimiento y liberación

El joven príncipe Siddharta Gautama, a pesar de vivir entre lujos y placeres, descubre un día que la vida es sufrimiento. Su padre había hecho lo imposible para que su hijo no conociera esa terrible realidad del ser humano. La curiosidad del príncipe le empujaba a explorar qué había más allá de los muros del palacio, sin ni si quiera pensar que tal hallazgo cambiaría su vida y la de millones de personas. El primero de sus descubrimientos fue el del sufrimiento causado por el paso de los años al ver como su carruaje casi atropella a un anciano encorvado por la edad. El segundo, se le revela la realidad del sufrimiento causado por la enfermedad que experimenta un hombre acostado en la calle y movido espasmódicamente por el dolor y la fiebre. Y, finalmente, en una tercera escapada del palacio, descubre la caducidad del ser humano al presenciar, por primera vez, un cortejo fúnebre.

Los diálogos que mantiene el joven Siddharta con su cochero revelan la inocencia del que durante casi 30 años no había conocido, ni directa ni indirectamente, la realidad de la vejez, la enfermedad y la muerte. Lejos de quedarse en el palacio, el príncipe vuelve a salir, pero esta vez el encuentro con la realidad le revelará una respuesta a la angustia que el sufrimiento había despertado en él.

Un monje mendicante muestra la paz alcanzada por el que ha dejado todo en este mundo y vive sin ningún tipo de atadura. Ahí comenzará la búsqueda de Siddharta Gautama que le llevará a encontrar una salida al sufrimiento alcanzando el estado de nirvana y que le llevará a convertirse en Buda (El Iluminado). Sus enseñanzas llegan hasta nuestros días y marcan un itinerario de autoliberación del ser.

Buda describe el nirvana de la siguiente forma:

Los estadios de existencia

El ser no sólo se puede reencarnar en este plano de existencia, sino que existen una treintena de estadios donde el ser puede ir pasando en función del karma. De alguna forma, estos estadios se podrían asemejar al cielo/paraíso o al infierno/inframundo del resto de cosmologías de muchas de las religiones conocidas, especialmente de las religiones teístas. En la concepción budista habría distintos infiernos y distintos cielos por los que el ser también puede transitar. La diferencia radica en que, si en la mayoría de las religiones que presentan el cielo como el ideal a alcanzar, en el budismo sería un estadio más para llegar al final de la existencia, y con ello del sufrimiento, y así llegar al anhelado estado de nirvana. De esta forma, el nirvana no es el último y definitivo estadio del ser, sino la ausencia del mismo.

Meditación y desapego

La práctica de la meditación irá despertando la conciencia del ser de tal modo que sea consciente de la realidad de las Cuatro Nobles Verdades. Progresivamente, el ser debería ejercitando el desapego total, incluso de sí mismo, pues el apego es considerado una de las principales causas de sufrimiento y el mayor impedimento para alcanzar el estado de nirvana. El apego a lo material, a las personas (pe. las distintas formas de amor a la pareja, a los hijos, a los amigos, etc.), a las divinidades o incluso al propio Buda, el apego al alcanzar uno de los estadios de bienestar, etc., pueden interferir en el proceso de autoliberación.

Las distintas corrientes del budismo ofrecen diversas formas de practicar la meditación y así iluminar la realidad del ser y de las cadenas que le impiden liberarse. Algunas de dichas prácticas se utilizan en ciertas terapias psicológicas, como es el caso del mindfulness cuyo objetivo es que el sujeto centre su atención en el aquí y el ahora y así pueda alcanzar una conciencia plena que le ayude a observar la realidad con mayor detalle y profundidad.