Importancia de la Proteína
Título de Profesora de Biología
Para que una sustancia pueda ser considerada proteína debe cumplir un par de requisitos básicos: el primero es que su cadena base ha de ser compuesta por aminoácidos, unidos entre sí por medio de un tipo de enlaces denominados peptídicos y el segundo, es que la cantidad de aminoácidos de dicha cadena ha de ser mínimo de 50 aminoácidos.
Luego de esto, existen miles de variables de otras sustancias o elementos que hacen distintas a todas las proteínas entre sí, además del hecho, por supuesto, de los aminoácidos y secuencias en las cuales se encuentran en las cadenas, como en el caso de las proteínas lineales, por citar el ejemplo más básico, existen conformaciones muchísimo más complejas, como en el caso de las proteínas globulares, en donde encontramos ejemplos como el de la hemoglobina, quien por sí sola puede orientarnos claramente sobre la vital importancia de las proteínas.
Las proteínas cumplen un gran número de funciones en cada uno de los procesos necesarios para la vida. Desde las células procariotas se cuenta con una estructura celular específica para su creación por parte de la misma, por medio de un hermoso proceso llamado síntesis de proteínas llevado a cabo en estas fábricas celulares, denominadas ribosomas.
Funciones más importantes de las proteínas
A nivel bioquímico, intervienen en absolutamente todo, inclusive en los procesos más simples y elementales como la ósmosis de las membranas celulares, por medio de la cual éstas regulan la cantidad de líquido en su interior, para controlar su presión. Si bien es cierto que la membrana celular consta de una doble capa de lípidos, también cabe considerar que estas muy funcionales sustancias no podían encargarse de todo el trabajo y tampoco la célula podía mantenerse completamente aislada de su exterior, viéndose la necesidad de establecer de cuando en cuando una “compuerta especial” que permitiese el acceso y salida controlada de todas aquellas sustancias que forman parte de las cotidianidades celulares. Esta importante función de transporte celular a través de la membrana es llevada por proteínas de transporte.
Del mismo modo, existen proteínas como el ya citado ejemplo de la hemoglobina, cuya función de transporte va más allá de la célula, encargándose de hacer llegar determinadas sustancias hacia otras partes del cuerpo – en este caso el oxígeno – por medio de los diversos sistemas y órganos de una manera mucho más rápida y eficiente que si sólo se dedicaran a fluir de célula en célula. Por lo que las proteínas son unas vitales optimizadoras de recursos en todos los sentidos.
Otra de las funciones que describe el valor de las proteínas, es permitir o agilizar los procesos metabólicos. Muchos de los ciclos y rutas metabólicas requieren de un “empujoncito” para llevarse a cabo, esta importante labor la ejercen las enzimas, las cuales son proteínas específicas que intervienen en las reacciones químicas, especialmente en aquellas que requieren de una inversión de energía para que se puedan desarrollar, debido al equilibrio natural en el cual se puedan encontrar las sustancias participantes.
Por su parte, se distinguen a las hormonas como proteínas, donde se categorizan, por ejemplo, el TSH (por hormona estimulante de la tiroides), la leptina, prolactina, las gonadotropinas, la hormona de crecimiento, la insulina y el glucagón, entre otros. De este modo, son esenciales para el desarrollo y funcionamiento del sistema inmunitario, así como para la regeneración celular que permite la cicatrización de los tejidos y el recambio de células gracias al cual vivimos por muchos más años tras habernos hecho adultos.
Proteínas a la carta
Por más que se pueda creer que las proteínas son todas iguales y que su aporte en el organismo sea idéntico, la realidad es que todas son increíblemente distintas entre sí. Esto es debido a las secuencias de aminoácidos que las conforman y a las variaciones que puedan tener en sus ramificaciones, así como a las configuraciones tridimensionales en las que se organizan. En este sentido, las proteínas de origen vegetal son mucho más difíciles de procesar por nuestro metabolismo que las de origen animal, pudiendo aprovecharse de ellas menos recursos nutricionales, por lo que la gran mayoría de los aminoácidos que requerimos para la síntesis de nuestras propias proteínas, provienen realmente de alimentos como la carne, los lácteos, los huevos y todos sus derivados.
La importancia de las proteínas en nuestra alimentación, en consecuencia, es ineludible, por lo que lo más indicado es velar por el desarrollo de una dieta equilibrada, con un adecuado consumo de proteínas de origen variado a la semana y basado en tus propios requerimientos metabólicos, para así mantener un funcionamiento saludable en todo tu organismo.
Referencias bibliográficas
Berrazaga I., Micard V., Gueugneau M., Walrand S (2019). “The role of the anabolic properties of plant- versus animal-based protein sources in supporting muscle mass maintenance: A critical review”.
Hoffman J.R., Falvo M.J (2005). “Protein-which is best?” Disponible en:
Art. actualizado: Octubre 2022; sobre el original de septiembre, 2011.
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